En este último otoño boreal, el enfrentamiento, a través de comunicados de prensa entrecruzados, de dos superhéroes del mundo del video juego mantuvo en suspenso a los inversores. Por un lado, Call of Duty, que asigna al jugador la misión de matar a punta de fusil al mayor número posible de enemigos, en un universo inspirado en la Segunda Guerra Mundial; por el otro, la quinta variante de Grand Theft Auto (GTA V) que introduce al jugador, encarnado en un maleante, en el corazón de una megalópolis corroída por el crimen que se mucho parece a Los Ángeles. A mediados de septiembre, Take-Two Interactive Software Inc. informaba a las agencias de prensa financieras que GTA V había generado 800 millones de dólares de ventas en veinticuatro horas. Tres semanas más tarde, la sociedad Activision, que distribuye Call of Duty se regodeaba: el equivalente a mil millones de dólares de mercadería había sido ubicado el día de la salida del juego. A título de comparación, la película Avatar, una de los más grandes éxitos mundiales de los últimos tiempos, tuvo que esperar el día diecinueve de explotación para alcanzar los mil millones de dólares de recaudación… La floreciente industria de los video juegos declaró 63.000 millones de dólares de facturación sólo durante el año 2012. Más que la industria del cine y más del doble de los ingresos ligados al mundo de la música...
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