Desde el 2001, un sector se viene presentando como actor fundamental en las diversas temáticas planteadas en la agenda: el movimiento estudiantil. Este movimiento logra conformarse desde múltiples episodios en oposición a las bases del modelo educativo, con un discurso contrahegemónico al que sustentan las elites políticas y gobernantes.
El recorrido desde aquel lejano “mochilazo” del año 2001 ha permitido que muchos podamos expresar nuestros sueños y convicciones sobre lo que queremos y debemos realizar para lograr subvertir el orden existente a nivel de sociedad, y por tanto en el modelo educacional que da forma a esta sociedad. Esa experiencia nos permite cuestionar y combatir los cimientos que producen la diferenciación y enorme abismo entre ricos y pobres, entre quienes tienen la posibilidad de educarse con calidad y los que no la tienen.
Muchos hablan que se vienen “buenas nuevas” para este 2014, de uno u otro sector. También se habla de lo importante que es mantener las movilizaciones, todos discuten sobre dónde debe ir el movimiento estudiantil. Pero hay algo claro, debe dirigirse hacia el avance de la movilización popular que tanto ha entregado ilusión a todos los que queremos cambiar este sistema segregador e individualista…
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