Rojo y verde se escribe en Grenoble

A fines de marzo, la Unión Ciudadana de Izquierda y Ecologistas (en francés, Rassemblement Citoyen de la Gauche et des Ecologistes, RCGE) ganó con holgura las elecciones municipales de Grenoble. La posibilidad de una solución local de reapropiación de los servicios públicos, progreso social y transición energética tiene la doble virtud de movilizar a los electores y de hacer retroceder a la extrema derecha. Esta crónica del siglo XXI no deja de hallar raíces, sin embargo, en la historia particular de la ciudad alpina.

El liceo Mounier representa algo muy distinto a la larga fachada de hormigón deteriorada por la falta de mantenimiento, junto a la que desfilan los autos cuando se dirigen hacia la Casa de los Jóvenes y la Cultura. Al ingresar en el inmenso patio asfaltado, salpicado por unos pocos plátanos, se ven unos frescos cuarteados. Dan testimonio de los años experimentales, que mezclaban la escalada y la danza, la emancipación a través del conocimiento, la cultura o el deporte. Construido en 1965, a medio camino entre el centro de la ciudad y los barrios populares del sur, este colegio sigue siendo el emblema de la diversidad de los barrios, como así también de las esperanzas volcadas en la educación pública.

Luego de tres años de movilización contra las demoras de la municipalidad, profesores, alumnos y padres lograron que el establecimiento se reconstruyera en el mismo sitio y que se mantuvieran los cursos…