Nuevos y complejos escenarios

El mundo de hoy es más que nunca flujo de personas, de capitales, de información y desde donde una red social, compleja y dinámica, cuya estructura y función se asemeja a un organismo vivo que se replica a nivel global. Esta complejidad, si bien se podría decir que ha existido siempre, se encuentra actualmente en compañía de otros ingredientes que, en conjunto, están marcando un punto de inflexión en cómo se piensa, analiza, y se toman las decisiones por parte de las organizaciones sociales, sean estas empresas, organizaciones sin fines de lucro o el mismo Estado.

En primer lugar el contexto para casi todo análisis es global; la globalización entendida esta como la creciente integración de los mercados de bienes y servicios y de factores productivos no sólo se manifiesta a través de la dimensión económica sino en muchos otros aspectos como la cultura, la política y el quehacer del Estado y de toda organización con impacto público. Estos últimos, Estado y empresas, siempre han estado bajo la mirada crítica de la ciudadanía, pero sin duda hoy en día más que nunca gracias a las tecnologías de la información. Siendo éstas el segundo ingrediente que debe considerarse.

Gracias al desarrollo de la tecnología y en particular a las tecnologías de información, el Estado ha ido evolucionando desde una época de retórica a otra tecnócrata en donde la economía clásica ha adquirido un papel predominante en todo el último siglo. Sin embargo, luego de la crisis subprime, y los movimientos sociales a nivel mundial, esta economía está siendo puesta en tela de juicio y con ella también a los agentes privados y en especial a las empresas cuyo impacto ya no pasa inadvertido al ciudadano común...