Casi seis años demoró en promulgarse la ley que permite la introducción de la TV digital abierta (o TV digital terrestre, TVDT) en Chile. Sin embargo, este hito es solo el cierre de una etapa y no del proceso de digitalización. Aún quedan muchos temas pendientes. Por eso es importante que en la implementación de la TV Digital se logre configurar una perspectiva de interés público en los medios, es decir de “beneficio público originado en la comunicación, que vaya más allá de los fines inmediatos de los propios medios, de sus clientes o de sus audiencias”, como señala el investigador de la comunicación Denis McQuail.
Uno de los temas más importante del proceso es el de los recursos públicos para la digitalización. En este sentido, la ley no es auspiciosa. Ella establece dos fuentes principales: el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones (FDT) para las infraestructuras y el Fondo del Consejo Nacional de Televisión (Fondo CNTV) para los contenidos y su “acarreo”.
En el caso del primero, la ley señala que financiará preferentemente proyectos que provean simultáneamente TV digital terrestre e internet. Esto no se corresponde con el modelo de negocios de los canales comerciales de carácter local y regional y mucho menos con el de los canales comunitarios. Por tanto, quienes tendrán acceso a estos recursos serán empresas de televisión más grandes e incluso empresas de telecomunicaciones que aspiren a convertirse en canales de TV...
Texto completo en la edición impresa del mes de noviembre 2014
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