El Plan Laboral forma parte de los ejes estratégicos del modelo neoliberal impuesto por la dictadura cívico-militar. El gran empresariado, consciente de su importancia en el modelo de acumulación vigente, ha concentrado su poder de presión, bloqueando su cambio desde los años 90 a la fecha.
Un recuento de la acción legislativa en los últimos 25 años muestra en forma prístina una asombrosa cantidad de leyes aprobadas en el ámbito laboral para que, finalmente, lo sustantivo del sistema de relaciones vigente no experimente modificación alguna.
Sus impactos, tanto en materia de desigualdad económica como en el debilitamiento de nuestra magra democracia son evidentes. En lo político, con la cooptación ideológica del neoliberalismo, especialmente de sectores tecnocráticos de la propia coalición gobernante, se desarticuló -durante años y con bastante éxito- la constitución de actores sociales populares, y con su apoyo decidido se consolidó al gran empresariado como único actor socio-político a nivel nacional...