Razia china por la leche

Desde el escándalo de la melamina, en 2008, los padres chinos sólo tienen ojos para la leche de importación. En Francia, una inmensa fábrica de leche en polvo financiada por un industrial de Shandong pronto verá la luz del día en la región de Bretaña. Una mirada sobre un zafarrancho de combate a escala mundial para saciar la sed china de leche.

En el polo comercial de Kergovo, ubicado a la entrada de la ciudad francesa de Carhaix (departamento de Finisterre), quinientos obreros trabajan afanosamente en una obra en construcción. En ese sitio, una lechería comenzará a funcionar antes de enero de 2016: “Un instrumento industrial sin equivalentes en Europa, con doscientos cincuenta empleos asegurados”, pregonaba Le télégramme (26 de marzo de 2015). Al menos ciento veinte millones de toneladas de leche en polvo se producirán cada año en sus torres de secado. Un detalle: los capitales son chinos y la producción está destinada a los lactantes del Imperio del Medio. A pedido de Synutra, la empresa lechera de la provincia de Shandong, un dron munido con una cámara sigue, mes a mes, el avance de los trabajos.

“El presidente del grupo vino en persona a visitar la obra. Oí decir que su hija había estudiado en Rennes. Tienen muchos lazos con Bretaña”, celebraba Yan Manac’h, consejero municipal de Carhaix y pequeño productor lechero de la Sodiaal, la primera cooperativa de Francia, que proveerá el setenta por ciento de los trescientos millones de litros anuales exigidos. El presidente ejecutivo de Synutra, Liang Zhang, está barajando la posibilidad de pedir el doble. ¿Por qué no? Francia produce 23.700 millones de litros por año y es dos veces más barato producir leche en ese país que en China...