La catástrofe medioambiental de Chiloé es una advertencia por no tomar suficientemente en cuenta los procesos de la naturaleza y sobre todo la incidencia que en ellos tiene la acción humana.
Es importante reflexionar sobre tres cosas que están interrelacionadas: la crisis socioambiental provocada por la marea roja; la relación que existe entre esta situación, el cambio climático y la demanda energética; y finalmente la necesidad de “ponerse las pilas”, como decimos en Chile, en el sentido de tomar consciencia y actuar responsablemente frente a estos desafíos.
La marea roja en las costas de la Región de Los Lagos provocó una paralización de las actividades pesqueras y con ello una crisis social y económica de proporciones que derivó en movilizaciones que han llenado las planas de los diarios. El gobierno se vio obligado a declarar estado de catástrofe. Si bien la revuelta comenzó a ser controlada por las autoridades, permanecen las secuelas de una grave crisis ambiental, que no fue prevista y que tampoco fue bien enfrentada.
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