Para algunos ponerse “viejos” es algo negativo, pues no podemos negar que el paso del tiempo no les juega a todos del mismo modo y para algunos la edad se transforma en una máquina difícil de llevar. Yo sé que no estoy tan joven, pero aún así, prefiero ver el lado positivo a esto, pues mis 72 años de vida me han permitido ser testigo de la historia de nuestro país. He visto cómo ha evolucionado, cómo ha crecido, cómo se ha caído y cómo se ha levantado. Esto nadie me lo ha contado, no lo leí en ningún libro u algo por el estilo, lo he visto y vivido.
Gran parte de mi existencia, la he dedicado al trabajo en el sector manufacturero, participando activamente en diferentes espacios y organizaciones, por lo mismo, tengo recuerdos del Chile industrializado, del Chile con fábricas de diferentes productos y con mano de obra capacitada adecuadamente para enfrentar este tipo de trabajos. Por eso, hoy veo con preocupación y cierta nostalgia cómo eso se ha perdido.
El fuerte retroceso que está viviendo la producción industrial en Chile es una realidad, y preocupa aún más que no se considere la importancia que tiene esta para el desarrollo y la estabilidad de la economía...
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