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“Merci patron !”, de François Ruffin

Un film de acción directa

El fim MERCI PATRON será proyectado, con subtítulos en español, el martes 5 de julio a las 18.00 horas en la librería Le Monde Diplomatique, San Antonio 434, Santiago. (Entrada liberada)

Como no corremos el riesgo de tener a los estudios Universal encima y en realidad no se trata totalmente de una película de suspenso, se puede revelar la intriga de Merci patron ! de François Ruffin (1). Es la historia de Serge et Jocelyne Klur, empleados de Ecce, filial del grupo LVMH (*), más exactamente empleados de su sucursal de Poix-du-Nord, antaño encargada de la confección de los trajes Kenzo. “Antaño” porque, globalización obliga, al grupo le pareció oportuno deslocalizar toda la producción a Polonia. Gracias a lo cual los Klur fueron invitados a irse a buscar empleo a otro lado. Sin embargo, ellos exploran metódicamente la diferencia que existe entre buscar empleo y estar empleados. Desde hace cuatro años. Evidentemente, los derechos se terminaron hace largo tiempo, andan alrededor de los 400 euros por mes, la casa es fresca –por fuerza no hay calefacción– y tuvieron que replegarse a la única habitación habitable. En la sección de las virtudes tonificantes también está la eliminación de todo exceso alimentario y la adopción de sanas resoluciones dietéticas; hasta se puede llegar a hablar de racionamiento: Navidad con una tostada de queso blanco, cosa que los amigos de la frugalidad van a apreciar.

En eso están, es decir, viviendo a lo grande, cuando llega un aviso de embargo de la casa, ni más ni menos, luego de una cuenta pendiente de seguros de 25 000 euros. Para los Klur, que consideran que uno es “grande”, hasta “un capitalista”, a partir de los 3000 euros por mes, eso es caer de golpe en órdenes de grandeza que la Vía Láctea les queda chica. Lo que por otra parte no les impide sacar consecuencias prácticas. En este caso en la forma del proyecto, si de eso se trata, de prenderle fuego a la casa: la única cosa que los Klur realmente hayan tenido propia y de la que sacaron poco más o menos todo cuanto la existencia les reservó en cuanto a alegrías.

No hay nada más local que el caso Klur. Ni más global tampoco. Porque los Klur ofrecen en concentrado un resumen casi completo del sistema. Sin embargo, contrariamente a buena cantidad de aquellos que trataron antes que él acerca de la condición salarial en la época neoliberal, la película de François Ruffin no tiene ningún enfoque analítico o pedagógico. Es una película de otro género, difícilmente identificable, por otra parte, frente a las categorías cinematográficas habituales. Sin lugar a dudas, lo más atinado sería decir que es un film de acción directa. Porque Ruffin, que tiene a Bernard Arnault (**) en el radar desde hace un buen rato, literalmente quiere hacer algo con la situación de los asalariados de Ecce. Ya en 2008 había convocado intempestivamente a las que habían sido despedidas a la asamblea general de los accionistas de LVMH (2). Esta vez será el ataque frontal: Klur-Ruffin contra Arnault. Como la época neoliberal enseña que si no se pide lo necesario con fuerza, no se consigue nada, Klur-Ruffin va a pedir. Con la fuerza necesaria. En este caso: ¡45 000 euros de indemnización por reducción a la miseria, más un contrato con duración indeterminada (CDI) en alguna parte en el grupo para Serge! Y si no, campaña de prensa. No en Le Monde, no en France Inter, no en Mediapart: en Fakir (***), diario fundado por Ruffin y basado en Amiens. ¡Tiemblen, poderosos!

En este momento la película pasa de golpe a la cuarta dimensión, y nosotros con ella. Porque en el córtex frontal del elefante, el ataque del mosquito produjo un sacrosanto despiporre. Y el poderoso se pone a (...)

Artículo completo: 1 994 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de julio 2016
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Frédéric Lordon

Economista.

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