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Meseta estratégica considerada por la ONU como territorio ocupado

Drusos del Golán, entre la guerra y la búsqueda de identidad

La guerra civil siria aleja todavía más la perspectiva de una restitución de los altos del Golán, de los que se adueñó Israel en 1967. Aferrados a lo que sigue siendo una de las claves de la paz en la región, veinte mil sirios de confesión drusa escaparon de la expulsión. Pero no de las tensiones internas y los dilemas suscitados tanto por la ocupación como por los combates en la proximidad.

Al pie de una ruta sinuosa que desaparece en la imponente montaña verde, un cartel que dice “Golán” delimita la antigua frontera con Siria. Bosques de pinos dan color a la campiña. Un poco más arriba, al borde de una curva, montones de piedras evocan una aglomeración urbana destruida. En junio de 1967, al término de la guerra de los Seis Días, Israel ocupaba ese territorio sirio y expulsaba de él a las poblaciones civiles que no habían huido. Sobre la marcha, un centenar de pueblos eran arrasados.

Nadie escapó a esa “depuración étnica”, con excepción de los miembros de la comunidad drusa, a quienes las autoridades israelíes consideraban que iban a poder seducirlos como lo habían hecho con los de Galilea (véase el recuadro). Según diversas estimaciones, entre 115.000 y 120.000 sirios del Golán se instalaron en Damasco y en el sur de Siria entre el 5 y el 10 de junio de 1967. Solamente 6400 sirios de confesión drusa se habrían quedado entonces en sus pueblos. Abierto a la colonización a partir de 1970, este altiplano montañoso de una superficie equivalente a la de Martinica (alrededor de 1200 kilómetros cuadrados) fue anexada por Israel en 1981...

Artículo completo: 287 palabras.

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Sophia Marchesin

Periodista.

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