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Progresiva desaparición de la agricultura de montaña

La granjera y la higiene

Mientras en Francia avanza la agricultura biológica y sostenible, las normas europeas, copiadas del higienismo estadounidense, van reduciendo el campesinado tradicional. En el departamento de Vosges, Josette Antoine resiste.

“Se lo dejo pasar porque usted es una señora mayor, pero es una excepción. Después se acaba. Se TERMINA”.

Los inspectores de higiene no son inhumanos. Como empleados de terreno de la Dirección Departamental de Agricultura, conocen la totalidad de las prácticas ancestrales que aún conservan, al margen de las reglas, los últimos campesinos de las montañas. Después de pasar por liceos agrícolas, donde descubrieron los beneficios de la ganadería intensiva y las perspectivas de la “industria del cerdo” y de la “industria de las aves de corral”, algunos de ellos incluso revisaron sus ideas. Admiten que la agricultura orgánica podría constituir un aporte a la “economía verde” y alientan el desarrollo de nuevas “industrias” en este sentido… Siempre y cuando se respeten las normas en vigor: edificaciones de uso agrícola separadas de la vivienda, cría de los animales en un espacio cerrado, con pisos de concreto, inyección de chips que permitan reconstituir el recorrido de cada animal, alimento de marcas certificadas, esterilización de los productos de la granja, uso obligatorio de guantes plásticos y gorros para proteger los alimentos de cualquier tipo de contaminación. Si alguien le preguntara: “¿Y por qué no un traje de astronauta?”, el inspector de higiene sonreiría. No es un integrista, simplemente se ocupa de velar por que se acaten las normas...

Artículo completo: 267 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de noviembre 2016
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Benoît Duteurtre

Escritor. Autor de “Livre pour adultes”, agosto 2016, Gallimard, París. El siguiente fragmento se extrajo de dicho libro.

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