Declarar que un tema se ha politizado es un lugar común para arrebatarle al debate público el derecho de discutir determinados temas, por lo que se hace necesario revisar el concepto a la luz de los acontecimientos recientes.
Politización se refiere a aquello que puede ser objeto de deliberación social, lo que en una sociedad se establece como “susceptible de ser decidido colectivamente”; por lo tanto, politizar un tema es volver a las preguntas iniciales de la democracia: ¿Qué es lo que vamos a decidir en conjunto? y ¿Cómo lo vamos a decidir? Lo que trajo consigo la polémica respecto del Libro: “100 preguntas sobre sexualidad adolescentes” surgidas en los “Espacios Amigables de Santiago Sano”, es devolver a la agenda mediática y al espacio público el debate por la educación sexual, aunque no de la mejor manera.
El último Informe de Desarrollo Humano en Chile: “Los tiempos de la politización” realiza una distinción entre lo político y la política siguiendo a autores clásicos de esta discusión. En ella se establece que lo político tiene que ver con el campo de la autodeterminación de la sociedad, mientras que la política es la “expresión institucional de lo que una sociedad determinada, en un momento determinado, se define como parte de lo que puede ser socialmente decidido”. Por lo tanto, la politización se define como “un proceso en el cual se disputan los límites de lo que las sociedades pueden decidir”, es decir, es un proceso de disputa por ampliar o restringir lo político. Un ejemplo del bloqueo institucional a discutir determinados temas, fueron las fallidas propuestas para legislar acerca del aborto en los años anteriores...
