La política europea atraviesa un período de polarizaciones. Este proceso no nació por casualidad, sino que responde a la radicalización del proyecto neoliberal tras la crisis financiera de 2008: aumento brutal de las desigualdades, aceleración de la destrucción del Estado de bienestar, expulsión de millones de trabajadores de lo que hasta ahora les daba acceso a la plena ciudadanía: el empleo… Una serie de perturbaciones económicas y sociales trastocaron las fidelidades partidarias, revirtieron los antiguos consensos y condujeron a deslizamientos tectónicos cuyo desenlace nadie puede predecir.
¿Por qué hablar de polarizaciones, en plural? Porque, aunque la mayoría de las veces son el resultado de fenómenos ligados a las políticas europeas (la austeridad, el problema de los refugiados, etc.), éstas se traducen por enfrentamientos estructurados en el plano nacional y varían de un país a otro...
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