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El poder de la “hulla blanca” en América Central

¿Quién mató a Berta Cáceres?

El asesinato de Berta Cáceres el 3 de marzo pasado en Honduras, que provocó una ola de indignación, se suma al de muchos militantes amerindios y ecologistas que se oponen a las represas hidroeléctricas que proliferan en América Central. Las multinacionales, apoyadas por gobiernos débiles que resignan soberanía, no dudan en avanzar.

“¡Queremos trabajo y desarrollo!” En este día de abril de 2016, una veintena de campesinos alzan sus machetes en torno a un líder, que lleva una pistola en el cinturón. Frente a ellos, amerindios Lencas, acompañados por ecologistas de diversas nacionalidades, intentan llegar a la sede de la represa Agua Zarca. Quieren continuar el combate de Berta Cáceres, honrada con el Premio Goldman de Medioambiente en 2015 y asesinada un año después, o el de Nelson García, asesinado quince días después que ella. Al poco tiempo la delegación internacional tiene que retroceder para escapar de los machetes amenazantes y los piedrazos. Los policías se quedan inmóviles.

La escena se desarrolla en San Francisco de Ojuera, en el oeste de Honduras. Ofrece una nueva muestra de la acostumbrada colusión entre las fuerzas del orden y los apoyos de la empresa hidroeléctrica Desarrollos Energéticos S.A. (DESA). Desde que el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) –creado en parte mediante el impulso de Berta Cáceres– empezó a protestar contra este proyecto de represa, se observó una militarización de la zona y un hostigamiento policial. Los arrestos arbitrarios se volvieron moneda corriente...

Artículo completo: 268 palabras.

Texto completo en la edición impresa del mes de noviembre 2016
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Cécile Raimbeau

Periodista.

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