En un momento en el que los beneficios del encarcelamiento son cada vez más discutidos, el en ese entonces primer ministro francés, Manuel Valls, anunció la construcción de diez nuevas cárceles. Sin embargo, otras soluciones han demostrado su interés, en particular las que implican a las víctimas. La justicia reparadora, principal innovación de la ley de 2014, no tuvo aún demasiada difusión.
Eran las dos de la tarde cuando Marie-José atravesó por primera vez las puertas de la cárcel de máxima seguridad de Poissy, en la región parisina. A su lado había otras dos mujeres que también perdieron a un ser querido asesinado. Juntas se disponían a encontrarse con tres detenidos condenados a penas muy extensas. La cárcel, un antiguo convento, se levanta en el corazón del centro histórico de la vieja ciudad de Poissy. “Tengo un recuerdo gris. Antes de entrar, estábamos muy locuaces. Y después, una vez que pasamos la primer compuerta, estábamos mudas”, cuenta Marie-José. Un guardia las acompaña al edificio destinado a recibir a las familias en la sala de visitas, donde hay muchas mesas enfrentadas. Es allí donde se desarrollan los seis encuentros de aproximadamente tres horas, distribuidos en dos meses...
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