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Millares de ellos fueron llevados a Europa como fuerza de trabajo y de apoyo a los soldados

Los chinos olvidados de la primera Guerra Mundial

El 17 de febrero de 1917, cerca de Malta, un submarino alemán torpedeó al buque francés Athos causando 754 muertos, entre ellos 543 chinos. Esos hombres debían desembarcar en Marsella y sumarse a un contingente no combatiente de 140.000 trabajadores de su país. La historia de esa mano de obra es ampliamente ignorada.

“El acceso a los expendios de bebidas está prohibido a los trabajadores de origen chino”. Un murmullo de estupefacción recorre la asamblea –reunida en una sala municipal abarrotada de Saint-Valéry-sur-Somme–, cuando Ma Li proyecta la imagen del decreto militar fechado el 31 de marzo de 1917. Pocos minutos antes, esta profesora de la Universidad del Litoral de Boulogne-sur-Mer mostraba el intercambio epistolar entre un funcionario y un representante del Norte, furioso por haber sorprendido a varios chinos que cultivaban sus verduras en pasturas comunales.

Esa tarde de octubre de 2016, Ma Li responde a la invitación de la Sociedad de Arqueología e Historia. Esta oriunda de Cantón investiga sin tregua, desde su llegada en 2003, la ignorada vida de los 140.000 campesinos chinos enrolados en Francia, con cuatrocientos intérpretes, durante la primera Guerra Mundial. Al mismo tiempo, el imperio ruso enviaba a 200.000 –a través de reclutadores privados– a los bosques de Siberia, las fábricas de Moscú, las minas de carbón de Donetsk o las obras del ferrocarril que conecta San Petersburgo con el puerto de Múrmansk. Tras la caída del régimen zarista, unos 40.000 de ellos se incorporaron a las fuerzas combatientes del Ejército rojo...

Artículo completo: 254 palabras.

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Jordan Pouille

Periodista.

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