Tribulaciones del rock en China

El rock chino siempre navegó entre la popularidad y el confinamiento. Pero hacia fines de los años 90, con el auge del comercio internacional y la revolución digital, los sellos, las bandas y los espacios de difusión se multiplicaron. Hoy los músicos de China, como los del mundo, buscan sobrevivir en un ecosistema dominado por los gigantes de la tecnología.

El 30 de septiembre de 2016, en el Estadio de los Trabajadores de Pekín, Cui Jian, el padrino del rock en China, ofreció ante treinta mil fans un concierto que fue también una lección de historia contemporánea. Cuando entonó su exitoso tema Yi wu suo you, que fue el himno del movimiento estudiantil de 1989, las fotos del rockero proyectadas en el fondo del escenario, luciendo una gorra con la estrella roja y posando con su guitarra en la Plaza de Tiananmen, parecían surgidas de otro tiempo. Al igual que la cultura y la sociedad toda, el rock sufrió mutaciones fulgurantes a lo largo de casi tres décadas.

Entre los años 1980, cuando el heavy metal llegaba clandestinamente como un artículo de contrabando, y la revolución digital de los años 2000, el rock navegó entre la popularidad y el confinamiento underground. A comienzos de los años 1990, el metal vivió una breve edad de oro con grupos como Black Panther, Cobra o Tang Dynasty. El álbum de este último, Sueño de un regreso a la Dinastía Tang, bajo el sello taiwanés Magic Stone, en 1991, vendió varios millones de ejemplares, pero su popularidad no perduró: su mensaje, demasiado anticuado, ya no tenía eco en una juventud que pensaba esencialmente en enriquecerse, consumir y cantar karaoke...