En 50 años, entre 1920 y 1970, se produjo un proceso de urbanización acelerada en Chile. La población rural, con 2 millones de personas representaba el 54% de la población total en 1920. Mientras con 2,8 millones, casi un 50% más, sólo representaba el 29% en 1970. La urbana en cambio aumenta de 1,8 a 6,8 millones. Los cambios se sucedieron rápido.
A partir de los años 1920 comienza a disminuir el poder de la oligarquía agraria tradicional, desafiada por las clases medias urbanas en ascenso cuantitativa y cualitativamente, ligadas a un proletariado minero e industrial en aumento, a pesar de que en 1960 las organizaciones sindicales no comprenden sino a un 15% de la clase obrera y media (empleados).
Es así como aumenta la diferenciación urbana-rural. En lo urbano: industrialización, diferenciación social creciente, legislación social protectora, mejoramiento de los niveles de vida y educación. En lo rural, en tanto ni evolución social, ni política. Se mantiene una gran diferencia de clases. El campo sigue siendo controlado por una oligarquía agraria. A través de la lealtad tradicional de los campesinos a los patrones de fundo, quienes controlan su voto, paternalismo y sobrerrepresentación política en el Parlamento de la oligarquía rural, son aspectos característicos. Dominan el poder bipartidista de los partidos Liberal y Conservador, ambos de derecha. Su mayoría en el Congreso les permite evitar impuestos a la posesión de grandes latifundios y el desarrollo de una sindicalización campesina...
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