Desde los encuentros regionales realizados en Ciudad de México (2014) y Rio de Janeiro (2015), existe un cambio de paradigma de la respuesta al VIH y Sida en la región de América Latina y el Caribe. Hemos concordado que la estrategia de “sexo seguro” basado principalmente en el uso del condón, si bien, logró prevenir nuevas infecciones esto no ha sido en la magnitud suficiente y se requiere una apuesta más innovadora. En Chile estamos en esa transición, hacia una “Prevención Combinada”, acelerada por la discusión reciente respecto de las cifras de nuevas infecciones que sitúan a nuestro país con el mayor aumento en la región, la difusión de una nueva campaña comunicacional que hace un llamado a usar el condón y a realizarse el test de VIH y dos sesiones en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados para tratar el tema.
En el marco de la 20ª Conferencia Internacional de Sida, realizada en Melbourne, en 2014, se adoptaron las metas “90-90-90” que se han convertido en el pilar central del abordaje contra la epidemia del Sida. En el I Foro Latinoamericano y el Caribe realizado en 2014, el cual se convocó bajo el lema “Del diagnóstico al tratamiento efectivo: optimizar las etapas del continuo de la atención”, se aprobaron dichas metas para los países de la región. Esto se traduce en “que el 90% de las personas que viven con VIH conozcan su estatus serológico; que el 90% de las personas que viven con VIH estén en tratamiento y que el 90% de las personas en tratamiento tengan carga viral suprimida”...
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