El 10% de las cooperativas nace a partir de la toma de una empresa en dificultades. Para evitar el cierre, los trabajadores eligen asumir la dirección. Una experiencia no exenta de emboscadas, como lo demuestra el relato de dos luchas emblemáticas, en Carcassonne y Gémenos.
La propietaria de los tés Éléphant, la multinacional Unilever, anunció en septiembre de 2010 la deslocalización en Polonia de la fábrica Fralib de Gémenos, una zona franca al este de Marsella. El establecimiento, perfectamente rentable, procesaba entonces tres mil toneladas de té y de infusiones, o sea una producción de mil millones y medio de saquitos. Renaud Muselier, el ex vicepresidente de la comunidad urbana Marseille Provence Métropole (MPM), fijando de entrada el tono, diagnosticó: “Soy un ex médico del SAMU. Se puede salvar a los heridos pero no se puede salvar a los muertos”. Los poderes públicos no hicieron esfuerzo alguno para ayudar a los 182 empleados amenazados. “El cierre no estaba económicamente justificado. Se había hecho los cálculos: esos años, se trabajaba en promedio ocho meses sobre doce, únicamente para beneficio del accionista”, observa Gérard Cazorla, el antiguo delegado de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el comité de la empresa...
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