Recién a mediados del mes pasado -y una vez asumido el nuevo gobierno de Sebastián Piñera- se produjo una reestructuración en profundidad del alto mando de Carabineros, al pasar a retiro a quince generales, ascender a dieciséis a la alta jefatura, y con ello modificar en casi un tercio la cúpula de la policía uniformada. Junto a la medida administrativa también se produjeron cambios en la estructura, como la disolución del Departamento de Inteligencia, Drogas e Investigación Criminal, cuyas funciones serán asumidas por la Dipolcar, y quedaba pendiente una decisión sobre el futuro de las secciones de Investigaciones policiales.
La reestructuración de funciones corresponde a las unidades donde radicó la llamada “Operación Huracán”, que es investigada por la justicia ante la evidencia de que la unidad de inteligencia fabricó pruebas para inculpar a un grupo de dirigentes mapuche. Los cambios producidos desde la renuncia del ex director, general Bruno Villalobos, son una respuesta a la crisis que azota a la institución luego que hace más de un año quedara al descubierto una red de corrupción para un megafraude que ya suma más de 26 mil millones de pesos, ha llevado a más veinte carabineros a prisión y son investigados más de cien funcionarios y civiles. También está abierta una carpeta investigativa sobre el uso de los llamados “gastos reservados”, que recoge antecedentes sobre el uso de unos 400 millones de pesos que habrían sido usados por Villalobos...
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