La ofensiva de Estados Unidos contra el presidente venezolano, Nicolas Maduro, se apoyó en el consentimiento de los dirigentes reaccionarios de la región, ahora mayoritarios. Sin embargo el extremismo de la administración Trump ha llegado a exasperar incluso a la dócil derecha latinoamericana.
Al principio, Venezuela no figuraba entre las principales preocupaciones del presidente de Estados Unidos Donald Trump. Durante la campaña presidencial, rara vez pronunció el nombre de ese país, y jamás para sugerir su intención de intervenir en el país.
Todo cambió radicalmente en la primavera de 2017, tras una serie de reuniones entre Trump y su ex contrincante en la interna republicana Marco Rubio, senador de Florida de origen cubano. Allegado a donantes y electores hostiles a La Habana y Caracas residentes en Miami, Rubio aparentemente logró convencer a su interlocutor del interés electoral en adoptar una línea dura respecto de Venezuela: según él, lograr un cambio de régimen garantizaría la victoria en ese estado clave en la próxima elección presidencial...
Texto completo en la edición impresa del mes de julio 2019
en venta en quioscos y en versión digital
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.cl
Adquiera los periódicos y libros digitales en:
www.editorialauncreemos.cl