La Europa de la defensa, un ejército de papel

El parlamento europeo aprobó, en abril pasado, la creación de un Fondo Europeo de Defensa, dotado de 13 mil millones de euros, que debe servir para proyectos industriales. Pero ¿con qué visión estratégica? Desde hace treinta años la Unión Europea prepara, sin mayor coherencia, proyectos militares y técnicos sin lograr instalar una verdadera política securitaria.

“No se protegerá a los europeos si no se decide tener un verdadero ejército europeo −espetaba el presidente francés Emmanuel Macron el 6 de noviembre de 2018 por Europa 1−. Frente a Rusia, que está en nuestras fronteras y que demostró que podía ser amenazadora […] hay que tener una Europa que se defienda más sola, sin depender solo de Estados Unidos, y de manera más soberana”. Algunos días más tarde, el 14 de noviembre, la canciller alemana Angela Merkel seguía sus pasos. En un discurso en el Parlamento Europeo, llamó a “elaborar una visión que nos permita llegar un día a un verdadero ejército europeo”. Renovó su propuesta de crear un “Consejo de Seguridad Europeo”, dotado de una presidencia alternada, en el cual “se puedan tomar de manera más rápida decisiones importantes”, considerando incluso en este marco abandonar la toma de decisiones por unanimidad.

Pero del dicho al hecho hay un trecho. La “Europa de la defensa” actualmente se limita a una simple coordinación de los esfuerzos nacionales. No organiza la protección del territorio −que resta definir, porque la Unión se extiende sin cesar−, así como tampoco dispone de una fuerza de intervención en todos los frentes, ni de un comando militar operacional −todas características de un sistema de defensa digno de ese nombre−...