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Una forma justa de vivir respetando la vida y el entorno

La defensa de los territorios hoy

Pese a las múltiples dificultades a las cuales nos enfrentamos hoy, entre ellas el extractivismo, los montajes, las leyes creadas para la desprotección de nuestros territorios, el doble discurso de la política influyente en los medios de comunicación (como la preocupación por el cambio climático, pero que en el fondo no hacen nada para ocuparse), la discriminación, el uso del aparataje policial y político, etc.; hoy en día, existe un deseo colectivo que nace de lo más profundo del ser, que nos une y que es más fuerte que cualquier otro sentimiento/pensamiento contrario: la decisión de llevar la vida de manera equilibrada en nuestros territorios.

Apesar de las contradicciones o culpabilidades que nos puedan acusar, o los estigmas que nos hacen sentir a diario, ya sea por sus valores que se contraponen a los nuestros, o por el temor constante a que pierdan sus principios y visiones de supremacía. Ese sentimiento de ellos (por sentirse superiores a nuestros valores y principios), ese sentimiento de sentirse “conquistadores” o “colonizadores” es el que los lleva, en definitiva, a la constante recriminación y despojo a diario de nuestros territorios.

Pese a sus leyes creadas y manipuladas por ellos, de sus privilegios y del despojo constante, como la ley indígena, la prohibición de vender/enajenar las tierras indígenas que ha ocurrido de manera silenciosa y sistemática, hoy se hacen los hipócritas y dicen: “queremos diálogo”, “les estamos consultando”, “esto le beneficiará”. ¿O ellos creerán que les creemos sus doble discurso? El deseo más profundo que nos une, es un deseo de pertenencia a nuestros territorios, donde sabemos y nos sentimos pertenecientes a una vida llena de conocimiento y saberes que está ligada al tiempo, a nuestra existencia, a los ciclos de la vida, a todos los seres vivos que habitan nuestro entorno. No es ninguna “moda”, ni “corriente alternativa”, como dirían algunos actores, o los nuevos “colonizadores”, o los ambientalistas, si es más bien, el entendimiento del equilibrio de la vida.

No es comunismo, o la nueva izquierda, o los nuevos humanistas, si es más bien, una forma justa de vivir respetando la vida, respetando tu entorno, y en eso cabemos todos los seres vivos, los humanos como uno más. Es por eso que también podemos hablar y reivindicar los derechos de la madre tierra, incluso llevando el debate a cualquier eslabón o circunstancia. Además ¿Por qué se habla de madre? ¿y de tierra?. Hay que darse cuenta desde donde podemos mostrar señales de entendimiento y diálogo con nuestro conocimiento. Hay que darse cuenta desde donde parte el no entendimiento. Y si queremos partir por igualdad y por reconocimiento, entonces partamos por el respeto, como, por ejemplo, ¿por qué no están reconocidos en la Constitución los derechos de la madre tierra?, o ¿por qué no se respetan los ciclos naturales de la naturaleza para satisfacer las necesidades?. Es lo que llamamos hoy en día extractivismo, el extractivismo basado en el capitalismo y todas las formas de acaparar la tierra, porque lo que están haciendo es acaparamiento, destrucción y poderío con la naturaleza, y (...)

Artículo completo: 1 626 palabras.

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Cecilia Caniumán Ancalef

Lof Challupen. Integrante de la Coordinación de Territorios en Defensa del Ruka Pillán. Ingeniera en alimentos.

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