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Impactos del neoliberalismo

La razón del habitar o el fantasma que recorre el valle

Habitante local contra productor global no alcanza pero suena distinto al revés: habitante global, productor local, instala una asimetría inversa y que pone sobre la razón del producir, la razón del habitar.

1.
Adelante, adelante.. así escuchaba, y elogiaba, Marx que rugían las fuerzas productivas desatadas de su letargo feudal por el ánimo capitalista. Es el tiempo de los productores. Producir, “tirar” (duce) hacia “adelante” (pro). La razón del mercadeo, llevada a doctrina total, tuvo en estos campos tierra más que fértil para el invento y pudo, y así lo puede hasta ahora mismo, desplegarse sin restricciones. Así fue creciendo, en 45 años ya, el valle. Se drenaron las vegas que quedaban, la fruta fue tomando las tierras ora de pasto, luego del maíz, y poniendo su ley de la eficiencia y la rentabilidad a lo ancho de los campos y hasta en el rulo. Se llenaron las ciudades de pobladores, y se movió todo; van y vienen los humanos entre aldeas y entre urbes agrarias como nunca se pensó que fuere. Son, los valles actuales chilenos, testimonio actual de aquel vigor del capital. Y en un sentido fuerte, viven hoy su apogeo.

2.
Sin embargo, en medio de sus noticias recurrentes de nuevos incrementos, se aparece la crisis climática y sus advertencias. Un nuevo dilema, despues del progreso o en medio de él: como su victoria, la producción -la técnica y la ganancia-. y su deuda, la vida -todo lo otro, lo que se escapa a la razón de la eficiencia y del cálculo de capital-.

Las dos fantasías del capital -el fin de la historia o el futuro era esto-, y la geografía infinita -las tecnologías humanas hacen de la tierra un recurso inagotable- se caen a pedazos. La historia vuelve a escribirse y la geofísica acusa el delirio del crecimiento, y en continuo, como modo de producir y consumir.

Dijo el ministro de Agricultura, Antonio Walker:
“Aquí viene un reordenamiento territorial, creemos que cada especie, variedad, no se puede plantar en cualquier parte de Chile. Chile tiene 104 cuencas, 1.500 ríos, y tenemos que ir descubriendo el distrito agro climatológico para cada especie y variedad”.

“No podemos hacer ganadería en la zona de la Región de Valparaíso, tenemos que hacerla en Los Ríos...”

“No podemos, a lo mejor seguir plantando paltas en Petorca, que es el ejemplo más clásico que se da, porque es verdad que los acuíferos tienen menos agua”. “Y yo diría que es un ejemplo de lo que no queremos hacer, porque queremos fortalecer las organizaciones de usuarios, que las juntas de vigilancia, las asociaciones de canalistas, las comunidades de agua, hagan su trabajo, y en Petorca todo eso ha sido muy atrasado, entonces no podemos replicar el ejemplo de Petorca”. (...)

Artículo completo: 1 448 palabras.

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Manuel Canales Cerón

Doctor en Sociología. Escuela de Sociología, Universidad de Chile. Universidad estatal de O’Higgins.

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