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A 47 años de la mayor derrota de los trabajadores

Ganar y avanzar hacia más transformaciones

A fines de 1969 se conformó la Unidad Popular (UP). Era un frente popular conformado por cinco partidos que en su programa básico se planteaba alcanzar un Estado Popular, una Economía Planificada y un Proceso de Transformaciones importantes en la política, la economía y la cultura. En menos de un año, el 4 de septiembre de 1970 la UP alcanzaba un triunfo histórico, lograba que su candidato, Salvador Allende Gossens fuera elegido presidente del país, convirtiéndose en el primer marxista del mundo que lograba alcanzar ese cargo por la vía constitucional.

Había transcurrido poco más de mil días, cuando en septiembre de 1973, un golpe de Estado, acabó con ese proyecto de manera violenta, sepultando los sueños de cientos de miles de chilenos y chilenas, que por vez primera habían logrado ser partícipes de un gobierno popular y situaban sus esperanzas en ese proceso de profundas transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales. El golpe de Estado se hizo en un contexto político muy particular, expresado en la extrema violencia y división del país; pues, mientras crecían las expectativas y confianzas del pueblo con el gobierno de Salvador Allende, en la misma medida aumentaba la confrontación social.

Tuvieron que pasar 17 años para que la dictadura cívico-militar desarrollara todo un plan de contrarreformas que perseguían acabar con los cientos de derechos obtenidos por los trabajadores y el pueblo. Había que borrar de la memoria histórica un sinfín de conquistas ganadas por la lucha y organización de los trabajadores. Los golpes más certeros estuvieron focalizados contra el mundo del trabajo. Se clausuró violentamente su máxima organización, la Central Única de Trabajadores fundada por Clotario Blest. Se proscribió, persiguió y asesino a sus dirigentes sindicales. En 1979 se promulgó el Plan Laboral. que fragmentó y debilitó en beneficio de la parte patronal toda la actividad sindical, desprotegiendo los derechos laborales y desconociendo miles de conquistas alcanzadas a lo largo de décadas de lucha. En 1980 junto a lo anterior, se propinó otro golpe casi mortal a los trabajadores, al expropiarles por la fuerza toda la Seguridad Social construida por años y que gozaba de un reconocimiento importante a nivel internacional.

Luego vendría el golpe decisivo del cual aún estamos prisioneros, la Constitución Política. De manera absolutamente fraudulenta se promulgó una nueva Carta Fundamental que en lo esencial, perseguía garantizar ad eternum el dominio de una minoría por sobre las mayorías. Para tal objetivo limitó al Estado a un rol meramente subsidiario y consagró como sacrosanto derecho, el de propiedad, por encima de derechos fundamentales, como la seguridad social, la educación, la vivienda, el trabajo, los recursos naturales, etc. estableciendo cerrojos imposibles de modificar y que han hecho posible que un sector minoritario, con menos de un tercio de representación, logre mantener inmutables todos los privilegios alcanzados durante la tiranía.

En 1990, bajo las mismas reglas impuestas por el tirano en la Constitución, se transformó el régimen político. Las Fuerzas Armadas dejaron el gobierno a las fuerzas políticas, se eligió un Presidente y un Congreso. Se dio un paso a una “democracia restringida, tutelada” que hasta el día de hoy mantiene intactos los fundamentos y principios que Jaime Guzmán plasmara en esa carta fundamental.

Si bien es cierto que en estos 30 años hemos vivido bajo un régimen político absolutamente diferente al de la tiranía, no menos cierto es que los fundamentos económicos y constitucionales propios de la ideología que llevó a dar el golpe de Estado en 1973, se han mantenido invariables en lo sustantivo. Incluso, es posible sostener que la lógica privatizadora y la jibarización del Estado -esencia de la ideología que conculcó la democracia-, traducida en la consolidación de ciertas industrias que transformaron en negocio los derechos de las personas, se acrecentaron bajo los gobiernos de la Concertación. De hecho, fue bajo estos gobiernos donde se privatizaron las sanitarias (Frei); los caminos y carreteras (...)

Artículo completo: 2 098 palabras.

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Luis Mesina

Vocero No+AFP, Secretario General Confederación Bancaria.

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