Un gobierno pasmado

Cada cierto tiempo, el gobierno entra al pantano. Desde distintas tribunas, políticos de todos los sectores, dirigentes sociales y personas anónimas repiten que el gobierno “lo hace mal”, “vive desconectado” de la sociedad, “no tiene rumbo”, “perdió la iniciativa”, “ha dejado que el Congreso cogobierne”. Hasta los programas matinales de la TV colocan en pantalla a quienes repiten este diagnóstico, casi como un mantra.

Resulta evidente que el gobierno de Sebastián Piñera quedó en el limbo y profundizó su pérdida de iniciativa política luego de los contundentes resultados del plebiscito del 25 de octubre. Lo extraño es que pasadas varias semanas después parecía no reaccionar. Los resultados de las urnas apuraron la salida del ministro del Interior, quien hacía frente a una acusación constitucional y perdió la votación en la Cámara de Diputados, por lo que precipitó su renuncia incluso contra la opinión del presidente. Pero no hubo en las semanas siguientes al plebiscito el cambio profundo que diera cuenta de la nueva realidad.

Al contrario, pese a su debilitamiento La Moneda tomó iniciativas de riesgo, como recurrir al cuestionado Tribunal Constitucional para frenar el segundo retiro de los ahorros previsionales. Todo aquello que fue rechazado por el casi 80 por ciento de las personas que concurrieron al referendo (el propio Piñera, las AFP y la Constitución de 1980) parecía incólume en un escenario en que asoman nuevas y graves tensiones. El gobierno y sus ministros parecían encandilados por el espejismo de una reactivación económica, sabiendo que la mejoría de los indicadores está relacionada a la inyección de dinero fresco que otorgó el primer retiro de ahorro previsional.

¿Quién paga?
Según la Superintendencia de Pensiones, nueve millones 500 mil personas (casi la mitad de la población chilena) habían retirado 16,8 millones de dólares al 30 de octubre. Otros 3.000 millones de dólares fueron sacados del fondo de cesantía, que básicamente llegaron (en una modalidad decreciente de pago por tres meses) a trabajadores contratados. La enorme cantidad de dinero dejó pálido el proyecto gubernamental, que logró acordar con el Congreso, de crear un fondo de 12 mil millones de dólares, de los cuales buena parte (...)