La derecha usa la mentira y el terror

El uso de la mentira, el intervencionismo electoral desde el gobierno y las campañas del terror no son hechos nuevos en la historia política de Chile. Si bien ejemplos hay muchos y si se busca con acuciosidad es posible encontrar casos en todo el espectro; pero sin dudas, han sido las armas favoritas de la derecha, incluso sobrepasando límites que hacen insostenibles los engaños. Eso sucedió a fines de octubre pasado cuando la senadora UDI Ena Von Baer llegó a decir en la franja electoral de su partido sobre los trabajos de la Convención Constitucional que “en la práctica, por ahora, se ha propuesto cambiar la bandera, el himno nacional, el nombre del país”.

No hubo quien confirmara los dichos de la parlamentaria conservadora; por el contrario, recibió una andanada de desmentidos; sin embargo, algo de la mentira quedó flotando en el aire comunicacional/electoral. Algunos personeros de la derecha buscaron darle sustento a la senadora recordando otros episodios donde hubo fuerte controversia en el debate sobre el reglamento de la Convención, pero que nada tenían que ver con los dichos de la senadora. Así, se han ido construyendo falsedades que de tanto repetir terminan construyendo verdades a medias.

La arremetida contra la Convención Constitucional comenzó desde el primer día de su instalación. Un pequeño grupo de convencionales alimentó la ola de desinformación con una campaña de desprestigio que incluyó una supuesta alza en las dietas de los y las delegadas, la burla hacia las ceremonias ancestrales de los pueblos originarios o el uso de sus lenguas, hasta la propagación de una inutilidad de los debates.

Los hechos de violencia del 18 de octubre pasado –que estuvieron lejos de ser masivos- fueron atribuidos a dos candidatos presidenciales. La acusación vino desde el corazón de La Moneda, el Ministerio del Interior y por boca de un subsecretario que ha usado hechos e instancias parecidas para culpar a “terroristas” que nunca identifica de otros actos de (...)