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Apertura de un juicio histórico en Uagadugú

Pero ¿quién mató a Thomas Sankara?

El 15 octubre de 1987, Thomas Sankara, dirigente de Burkina Faso y símbolo del panafricanismo, era asesinado durante un golpe de Estado. Las circunstancias de ese crimen permanecieron envueltas en el misterio hasta la caída del presidente Blaise Compaoré en 2014. El juicio, que comienza en Uagadugú el 11 de octubre, debería arrojar algo de luz sobre el caso. Una cuestión sigue pendiente de respuesta: el papel desempeñado por Francia.

El juicio contra los presuntos asesinos del presidente burkinés Thomas Sankara y sus compañeros durante el golpe de Estado del 15 de octubre de 1987 comenzó el 11 de octubre de 2021 en Uagadugú. El jefe del comando, Hyacinthe Kafando, todavía huido, y el acusado más esperado, el expresidente Blaise Compaoré, no figuran en el banquillo de los acusados. Evacuado por las tropas francesas durante la insurrección popular de octubre de 2014 (1), este último se refugió en Costa de Marfil. En cambio, el general Gilbert Diendéré, que dirigió las operaciones, así como Jean-Pierre Palm, por entonces jefe del Estado Mayor de la Gendarmería, sí estarán presentes junto con otros once acusados.

El capitán Sankara, en el poder entre 1985 y 1987, promovió un desarrollo económico centrado en el país, luchó drásticamente contra la corrupción, defendió la educación universal y la liberación femenina. Su orientación revolucionaria y social –en particular su denuncia de la deuda y de los diktats de las instituciones financieras internacionales en julio de 1987 en la tribuna de la Organización para la Unidad Africana (OUA)– le convirtieron en un símbolo de emancipación todavía vivo en África (2). Su capacidad para movilizar a la población burkinesa y su proyección internacional, sobre todo por su postura a favor de Palestina, provocaron la irritación de las cancillerías occidentales y de los dirigentes africanos “amigos de Francia”.

Ramificaciones internacionales
Durante años, la Justicia del régimen de Compaoré (1987-2014) multiplicó las maniobras para bloquear la investigación, a pesar de las acciones emprendidas desde el extranjero por abogados y activistas burkineses, como la campaña “Justice pour Thomas Sankara, justice pour l’Afrique”. Contra toda evidencia, el certificado de defunción del expresidente llevó la mención de “muerte natural” hasta abril de 2008. Fue necesaria la insurrección de los burkineses para que la situación se desbloqueara. En febrero de 2015, bajo la presión popular, el gobierno de transición reabrió el caso; las autoridades nombraron a un juez instructor, François Yaméogo, que demostró su independencia y compromiso (3).

La instrucción –y esta fue su primera aportación de importancia– permitió reconstruir el desarrollo de los acontecimientos del 15 de octubre. La investigación judicial confirmó la identidad de las víctimas enterradas de manera rudimentaria en Uagadugú. Al probar la presencia de soldados de la guardia próxima a Compaoré entre los miembros del comando, la instrucción demostró la responsabilidad directa de este, por entonces ministro de Justicia. Los asesinos salieron del domicilio de Compaoré, incluso tomaron prestado alguno de sus vehículos; irrumpieron en una sala de la organización regional del Consejo de la Entente (4) donde Sankara estaba reunido con seis miembros de su Secretaría y dispararon sin previo aviso, lo que demuestra su intención de asesinar y no de detener. Asimismo, la instrucción confirmó que el adjunto de Compaoré, Diendéré –que por entonces solo era teniente–, señaló a las personas que debían ser eliminadas entre los allegados del capitán y los oficiales leales detenidos en sus cuarteles.

Ante la falta de voluntad de los Estados concernidos, el juez Yaméogo cerró la pieza “interna” del caso dejando abiertas sus probables ramificaciones internacionales. Está por dilucidar el papel de la Costa de Marfil de Félix Houphouët-Boigny, indefectible apoyo de París, al igual que el rol de Francia, antigua potencia colonial y por entonces en plena cohabitación entre el presidente François Mitterrand y el primer ministro Jacques Chirac. Otros países podrían estar implicados. En octubre de 1987, cuando la Guerra Fría llegaba a su fin, París apoyó a Chad en su conflicto con la Libia de Muamar el Gadafi, antiguo aliado de Sankara, por el control de la franja de Auzú. También en esa época, el liberiano Charles Taylor –que gozaba de importantes apoyos en Trípoli, Abiyán y Washington– organizó la rebelión armada que ensangrentaría su país y desestabilizaría la vecina Sierra Leona durante siete años. Desentrañar el papel de unos y otros en el golpe de Estado contra Sankara, muy apegado a la estabilidad regional, tropieza siempre con secretos bien guardados.

Durante un viaje a Burkina Faso, en noviembre de 2017, el presidente francés Emmanuel Macron se comprometió a desclasificar información secreta, tal y como oficialmente había pedido el juez Yaméogo. No ha mantenido su (...)

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Bruno Jaffre

Moderador del sitio web thomassankara.net y autor de L’insurrection inachevée. Burkina 2014, Syllepse, París, 2019.

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