El candidato demócrata a la elección presidencial del próximo 9 de marzo, Lee Jae-myung, desea que se le brinde un subsidio básico a todos los surcoreanos. Incluso lo puso en práctica con los jóvenes de su región, Gyeonggi, durante un trimestre. Semejante propuesta resulta sorprendente en un país históricamente hostil al Estado de Bienestar.
“Sin ingreso universal, el sistema capitalista no puede seguir funcionando normalmente” (1). En diciembre de 2020, el candidato demócrata a la elección presidencial, Lee Jae-myung, en ese entonces gobernador de provincia, parecía categórico. Su objetivo a largo plazo: ofrecerles a los cincuenta y dos millones de surcoreanos un pago mensual de 500.000 wons (367 euros), es decir un 14% del salario promedio. Desde entonces, la idea se transformó en una promesa de campaña más ambiciosa. “Antes del fin de mi mandato, otorgaré dos millones de wons por año (1.470 euros) de ingreso básico a todos los jóvenes, y un millón (735 euros) al resto de la población”, aseguraba nuevamente en julio pasado en la Asamblea Nacional (2).
El compromiso de Lee Jae-myung se basa en la constatación de un espectacular desarrollo de la automatización en la industria coreana. En 2020, esta contaba con 932 robots cada 10.000 empleados, de lejos la más importante densidad en el mundo (3). El optimismo neoliberal, muy presente en el país, sostiene que este proceso de “destrucción creadora”, parafraseando la expresión del economista austríaco Joseph Schumpeter (1883-1950), asegurara sin mucho estruendo la transformación creando empleos en otros sectores. Lee no lo cree posible. Para él, la transición hacia la revolución digital debe acompañarse de un ingreso básico. La población, convertida en ferozmente antisocialista por setenta años de conflicto ideológico con Corea del Norte, está dividida, pero el proyecto cuenta no obstante con el 48,6% de opiniones favorables, según un estudio publicado por el diario de centro-izquierda Hankyorey (4), en junio de 2020.
Popularizado por Lee Jae-myung, el concepto ya figuraba en el programa del desaparecido Partido Socialista –muy a la izquierda– para las elecciones presidenciales de 2007. Desde entonces, recorrió un largo camino. “En 2016, cuando una inteligencia artificial, AlphaGo, le ganó al mejor jugador de baduk [juego de go], hubo una toma de conciencia colectiva acerca del futuro del mundo del trabajo –nos explica Lee Won-jae, ex periodista fundador de Lab 2050, un think-tank dedicado a las investigaciones sobre las políticas sociales y actualmente devenido en grupo de presión en favor del ingreso universal–. Trato de convencer a los dirigentes políticos conservadores, los chaebols [conglomerados industriales] y a los empresarios de las ventajas de esta política”.
Derivó en un partido
Surgido en Corea del Sur en los confines de la ideología comunista, el ingreso universal se volvió progresivamente (…)
Texto completo en la edición impresa del mes de marzo 2022
en venta en quioscos y en versión digital
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.cl
Adquiera los periódicos y libros digitales en:
www.editorialauncreemos.cl