Los que no pueden esperar

En su llegada a La Moneda el nuevo gobierno se ha encontrado con una larga lista de problemas, algunos de ellos de carácter estructural que supone transformaciones reseñadas en el programa de Gabriel Boric y que tomará tiempo resolverlos. Otros, en tanto, requieren de una atención rápida, son los que afectan la vida cotidiana de las personas, aunque también son derivados del cuestionado modelo económico que tiene el país y las desigualdades que generan.

La espiral inflacionaria que afecta al país -por razones locales y también de turbulencias internacionales- está impactando fuertemente en los precios de los productos básicos de consumo de las familias. En parte, el plan de reactivación económica debería hacerse cargo de este ciclo de alza del costo de la vida, ponerle freno al desarrollo de la espiral con medidas de corto plazo. Ya el gobierno aumentó el fondo de estabilización de los precios de los combustibles, el que subió de 750 a 1.500 millones de dólares, con lo que eventualmente se debería contener los efectos de estas alzas en los bienes básicos, principalmente los alimentos.

Sin embargo, tanto el gas como la parafina están fuera de este fondo estabilizador, por lo que el invierno podría ser particularmente duro para la población más pobre que usa estos combustibles para la calefacción de hogar. Junto a estos productos, se aprecia una subida pronunciada de los precios de algunos alimentos, sobre todo el pan, verduras y frutas, estos últimos además impactados por la sequía en buena parte del país. La población espera que el gobierno adopte medidas que mitiguen los efectos más perniciosos de las continuas alzas. El reajuste del salario mínimo, la prolongación del IFE laboral y la recuperación de empleos van en esa dirección.

El Plan de Reactivación Económica, en tanto, junto con atender a los problemas más inmediatos derivados de la inflación también apunta a evitar la presión que ejerce en las dificultades económicas la propuesta parlamentaria de llevar adelante un nuevo retiro de los fondos de las AFPs, el otro problema de envergadura que (...)