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¿Cuántos civiles murieron en Siria e Irak?

Las cifras de la muerte

Los bombardeos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos sobre Siria y el apoyo aéreo de Rusia al régimen de Bashar al-Assad produjeron, igual que en Irak, una enorme cantidad de víctimas civiles. Aunque resulta difícil establecer un número exacto, estos “daños colaterales” son parte de la batalla propagandística entre los diferentes bandos.

En junio de 2014, Estados Unidos lanzó una campaña de bombardeos aéreos sobre Irak y Siria para aniquilar a las fuerzas militares del “califato” proclamado por la organización del Estado Islámico (EI, cuyo acrónimo en árabe es Daesh), antes de formar, algunos meses más tarde, una coalición internacional compuesta de 74 países, entre los que se encontraban Francia y Gran Bretaña. En septiembre de 2015, Rusia decidía apoyar militarmente al régimen de Bashar Al-Assad, que estaba a punto de derrumbarse ante una revuelta popular calificada de “terrorista” por el gobierno y rápidamente controlada por grupos yijadistas (1). Estas dos intervenciones cubrirían el mapa de los dos países de cerca de 75.000 “golpes” aéreos durante esos años (2).

Si las acciones de la coalición internacional liderada por EE.UU. contra el EI y las de Moscú para respaldar al régimen de Bashar Al-Assad deben distinguirse en términos de intenciones y de contextos, se aproximan en cuanto a sus desastrosas consecuencias para las poblaciones de ambos países. Con sus bombardeos, las grandes potencias causaron la muerte de entre 20.000 a 55.000 civiles sirios e iraquíes. ¿Cómo es que tal resultado, que sigue siendo una estimación oficiosa, pudo establecerse? En un contexto de conflicto multiforme marcado por la presencia de fuerzas extranjeras, el recuento de las víctimas no-armadas es particularmente difícil, dependiendo a la vez de las declaraciones de actores comprometidos militarmente, aunque también de las informaciones recabadas por organizaciones no gubernamentales (ONG) cuyos estudios son, en mayor o en menor medida, consensuales. Más adelante en esta nota abordaremos los recuentos de víctimas de las intervenciones de la coalición internacional contra el EI y de Rusia contra la revuelta en Siria.

Víctimas de la coalición
¿Cómo informan las potencias las víctimas que producen los bombardeos? La alianza dirigida por Washington comunica mensualmente sus acciones aéreas, pero en muchos casos los informes que dan cuenta de las víctimas civiles son publicados bastante tiempo después del suceso. Por ejemplo, en julio de 2021 la coalición indica haber llevado a cabo 34.984 “golpes” –término utilizado en lugar de “bombardeos”– en Irak y en Siria desde agosto de 2014. “A lo largo de este período, según las informaciones disponibles, el grupo de trabajo mixto interarmadas estima que al menos 1.417 civiles murieron por descuido debido a los golpes de la coalición”, puede leerse en el informe.

La misma justificación acompaña invariablemente esos documentos: “Seguimos un proceso de identificación de blancos muy preciso en todos nuestros golpes con el fin de garantizar el estricto respeto del derecho de los conflictos armados y así poder evitar los daños colaterales. Cada pérdida de vida accidental es trágica, y nuestro objetivo sigue siendo el de tomar todas las precauciones posibles para evitar poner a los civiles en peligro, en el marco de la persecución de nuestro enemigo implacable”.

En su comunicación, la coalición precisa que varias decenas de “informes” sobre posibles víctimas siguen en estudio. Se trata de incidentes informados por fuentes externas –principalmente ONG–, medios locales, alertas en las redes sociales (Twitter, Facebook) o incidentes sobre los que vuelve por iniciativa propia.

La cifra de 1.417 víctimas civiles que reconoció la alianza internacional liderada por EE.UU. es ampliamente cuestionada. El 20 de diciembre, una investigación del New York Times, basada en el examen de 1.300 informes del Pentágono, llegó a la conclusión de que “la guerra aérea estadounidense estuvo marcada por informaciones deficientes, disparos de misiles precipitados e imprecisos, y la muerte de miles de civiles, entre los cuales había muchos niños” (3). También examinamos esos informes conclusivos y resulta que a menudo la muerte de decenas de civiles termina siendo admitida mucho después de los hechos, lo cual hace pensar que la cifra de 1.417 víctimas no es definitiva. Por ejemplo, no es sino en septiembre de 2019, basándose en informaciones publicadas por la ONG británica Airwars, especializada en el análisis de bombardeos aéreos, que la coalición admite que el 5 de abril de 2017, “desgraciadamente, se mató a 16 civiles involuntariamente”, tras un bombardeo “en Al-Shafa contra un emplazamiento de mortero de Daesh”. En ese mismo documento podemos leer que el 16 de julio de 2018, en Deir Ezzor, “la coalición llevó a cabo un golpe aéreo contra una fábrica de explosivos de Daesh”, durante el cual “desgraciadamente dos civiles murieron debido a las consecuencias del golpe”. En un informe de mayo de 2019, en tanto, se informó que tres años antes, el 9 de abril de 2016, durante un golpe aéreo con drones sobre un centro de comunicaciones en Mosul, no fue uno, como se había admitido en ese momento, sino que fueron cinco los civiles que murieron, “por descuido y debido a su proximidad al golpe”.

La coalición asegura querer dar pruebas de transparencia y estar dispuesta “a trabajar con quienquiera que haga alegatos o que provea nuevas informaciones creíbles”. Sin embargo, varias ONG difundieron cifras mayores de víctimas a las reconocidas oficialmente. Así, el Syrian Network for Human Rights (SNHR), una organización fundada por sirios opositores al régimen de Damasco y acreditada ante la ONU, hizo un recuento de 3.047 víctimas civiles. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una organización con sede en Londres, afirma que 3.847 civiles, entre los cuales hay más de mil niños, habrían muerto durante los seis años de incursiones militares.

Por su parte, la ONG Airwars hace un recuento mucho más significativo. Clasificando los incidentes según su nivel de credibilidad – considerándose una información como fiable cuando cuenta con “dos fuentes creíbles”–, estima entre 8.317 y 13.190 civiles muertos en Irak y en Siria por los bombardeos de la coalición. El número de niños muertos se ubicaría entre 1.765 y 2.363. Sobre ese total, Airwars afirma haber establecido las identidades de 3.715 personas. Sus nombres, sus historias contadas por testigos y las fuentes que avalan estos datos son presentadas en su página de internet. Tomando en cuenta los eventos no corroborados a través de una prueba o por testimonios, la ONG estima n número aún peor: entre 19.284 y 29.643 víctimas. La cifra, tomando el rango superior, resulta veinte veces superior a la oficialmente admitida por la coalición internacional.

Informes contradictorios
Veamos, a modo de ejemplo, el detalle de un incidente documentado por Airwars, aunque clasificado como “no creíble” por la coalición. La ONG nombró este evento “el caso 1.396” (4). El 20 de agosto de 2017, en Al-Raqqa, la batalla por la recuperación de la mayor ciudad de Siria en manos del EI hace viene haciendo estragos desde hace tres semanas. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS, coalición árabe-kurda) que combaten a los yijadistas son apoyadas por las incursiones militares de la coalición internacional. Moscú y Damasco permanecen fuera de dichas incursiones. Desde las diez de la mañana, varios mensajes de alerta en Facebook y Twitter denuncian un bombardeo en el barrio El-Bedo. La cifra de entre 40 y 50 muertos circula por las redes de sirios que se presentan como activistas o periodistas. Por la tarde, el medio de comunicación local Euphrate Post comparte fotos de un conjunto de edificios que ocupan cientos de metros cuadrados arrasados hasta los cimientos. Una hora después, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) establece un recuento provisorio de 23 muertos. En Youtube, un vídeo no verificable muestra a varios niños muertos en el piso y viviendas derruidas por, todo indica, una potente explosión. Todas estas fuentes señalan a la coalición internacional como responsable.

Aunque el conjunto de edificios parece haber sido borrado del mapa, como lo demuestran dos fotos satelitales de Google –una tomada el día previo, la otra el día después–, la coalición nunca reconoció este incidente. En su informe de mayo de 2019 sobre las víctimas civiles de sus intervenciones, da una respuesta lacónica en relación al bombardeo de El-Bedo: “Tras un examen de todos los registros disponibles de golpes, de manera más probable que improbable –“more likely than not”– se determinó que los civiles no fueron víctimas de un golpe de la coalición”. Su servicio de prensa nos confirmó que el incidente de El-Bedo, documentado bajo la apelación “caso 1.396” por Airwars, es efectivamente el mismo que se refuta en el informe. Oficialmente, ningún bombardeo de la coalición internacional se llevó a cabo el 20 de agosto por la mañana cerca de ese barrio. “El hecho de que la coalición haya rechazado un evento por ‘no creíble’ no debería ser considerado como una prueba”, explica Chris Woods, director de Airwars. “El tristemente célebre evento de Baguz, documentado por el New York Times como un posible crimen de guerra estadounidense (5), fue públicamente rechazado en dos ocasiones por ‘no creíble’, aún cuando los examinadores estadounidenses determinaron en privado que al (...)

Artículo completo: 4 717 palabras.

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Damien Lefauconnier

Periodista.

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