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Chile requiere más mujeres en Ingeniería y carreras STEM ¿Cómo lograrlo desde las Universidades?

¿Por qué necesitamos que más niñas y mujeres se interesen en estudiar y trabajar en ciencia, tecnología e ingeniería (STEM)? ¿Por qué hay un impacto positivo para el entorno, las personas y a la sociedad en general al haber más mujeres ingenieras? ¿Qué aporte proporciona la equidad de género y el empoderamiento femenino en la ingeniería?

Las disciplinas asociadas a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) son vitales para lograr los desafíos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; la educación en estas áreas entrega los conocimientos, habilidades, actitudes y conductas necesarias para crear sociedades más inclusivas y sostenibles.

Resulta evidente que excluir a niñas y mujeres de la educación en STEM y en las carreras profesionales asociadas, constituye una pérdida para toda la sociedad. Sin embargo la realidad nos muestra otro escenario. La tasa promedio de investigadoras a nivel mundial es solo de 29%. Sólo 3% de los Premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres. Las profesiones STEM de mayores ingresos, como informática e ingeniería, muestran los porcentajes más bajos de participación femenina. De cada cuatro estudiantes que entran a estudiar ingeniería, solo una es mujer.

Inmediatamente las preguntas que surgen son ¿Cómo nos hacemos cargo de esto? ¿Qué hacemos para dar igualdad de oportunidad a niñas y mujeres para que se desarrollen en disciplinas STEM? Desde la academia, ¿Cuál es nuestro rol frente a esta situación? ¿Podemos reducir la brecha de género? ¿Somos capaces de generar un cambio y erradicar los sesgos de género en estas disciplinas? Para responder a estas interrogantes, es necesario entender que los sesgos inconscientes (o conscientes) que existen sobre el desarrollo de las mujeres en disciplinas masculinizadas, comienzan en la etapa escolar. Existe una idea preconcebida de que los niños presentan mayores habilidades para el razonamiento lógico y por lo tanto les va bien en matemática sin mayor esfuerzo; mientras que las niñas, en caso de destacar en esta área, lo asocian a un esfuerzo excepcional, sólo porque son más estudiosas.

Este estereotipo a tan temprana edad es el comienzo de la división de las áreas de desarrollo de niñas y adolescentes, generando una separación entre las diferentes disciplinas del conocimiento. Esta brecha de género se ve mucho más marcada en los estudios de pregrado y posgrado, donde la participación de mujeres en áreas de Ciencia, Tecnología e Innovación es muy baja.

Como consecuencia de la baja participación de mujeres en estas áreas, se perjudica el bienestar de la sociedad en su conjunto, puesto que se le priva de un número potencialmente mayor de soluciones creativas e ideas innovadoras que sin duda pueden aportar un grupo más numeroso de personas desde las distintas disciplinas STEM, generando así un perjuicio para todo el entorno. Por lo dicho anteriormente, se hace evidente asegurar igualdad de oportunidades, y para lograrlo es necesario dar respuestas a las preguntas que plantean las problemáticas o brechas que hay que vencer.

Este es un problema multifactorial que debe ser abordado desde diferentes escenarios, como son el ámbito económico, cultural, social y (...)

Artículo completo: 1 643 palabras.

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Carolina Bonacic Castro

Directora de la Red de Mujeres en Ciencia y Tecnología de la Facultad de Ingeniería USACH.

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