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El legado del presidente

Allende en las luchas de hoy

Al cumplirse un nuevo aniversario del golpe de Estado que instaló los 17 años de dictadura militar en nuestro país, hablar de Allende no es solo hablar del pasado. Es también hablar de presente y de futuro.

Aquel hombre -del que la actual generación de “cincuentones” de nuestro país nos trasmite sus recuerdos de niños cuando veían o escuchaban hablar al Compañero Presidente- posee como pocos chilenos, una vigencia planetaria fuerte y vigorosa. Las ideas de Allende no son solo las ideas de la época que le tocó vivir, sino las ideas de un espacio de tiempo mucho más amplio: son las ideas en pos de la emancipación de América Latina.

Llegó a La Moneda luego de tres intentos fallidos, militante socialista que apostó siempre a una amplia convergencia popular que se opusiera al bloque imperialista y oligarca que acumulaba capital a costa de la riqueza chilena. La de Allende era una apuesta que se denominó “pacífica” pues buscó llegar al Gobierno mediante sufragio universal, contraviniendo las lecturas de su propio partido que en 1967, en Chillán, quiso dar por cerrada la vía institucional y llamaba a la conquista armada del poder en Chile.

Y con esas particularidades que lo hacen un inédito luchador social, se comprometió y avanzó en un ambicioso programa de transformaciones sociales: “Hemos triunfado para derrotar definitivamente la explotación imperialista, para terminar con los monopolios, para hacer una seria y profunda reforma agraria, para controlar el comercio de importación y exportación, para nacionalizar, en fin, el crédito, pilares todos que harán factible el progreso de Chile, creando el capital social que impulsará nuestro desarrollo” señaló en los balcones de la FECH el día de su histórico triunfo electoral.

Los mil días de la Unidad Popular fueron para el pueblo chileno un inédito proceso que significó un gran sacrificio y, de la mano de éste, un empoderamiento real en el devenir de nuestra sociedad. Fueron mil días donde a través de los partidos políticos populares, los sindicatos, federaciones, cordones industriales y Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP) germinó un poder popular en Chile que se enfrentó directamente con el capital foráneo y los intereses imperialistas en nuestro territorio, que realizaban permanente sedición con el objetivo de desestabilizar a (…)

Artículo completo: 1 187 palabras.

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Camila Vallejo Dowling

Ex presidenta de la FECH.

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