
Vivimos en una era de transformación sin precedentes. La Cuarta Revolución Industrial, impulsada por avances tecnológicos que borran las fronteras entre lo físico, digital y biológico, está reconfigurando la estructura misma de nuestras sociedades. A nivel mundial, vemos cómo las ciudades se convierten en “inteligentes”, la inteligencia artificial redefine sectores enteros y la biotecnología promete revolucionar la salud y la longevidad. Sin embargo, con estas promesas también emergen desafíos: la brecha digital, dilemas éticos en torno a la IA y preocupaciones sobre privacidad y seguridad. En este contexto globalizado, Chile, con su rica historia y diversidad cultural, tiene la oportunidad y el desafío de encontrar su lugar y contribuir al diálogo y la Universidad de Santiago de Chile (USACH), con su legado y compromiso con la educación pública, se posiciona como una voz esencial en este debate.
A nivel mundial, países como China y Estados Unidos están en carrera por liderar el desarrollo de IA, mientras que la Unión Europea establece estándares en privacidad y ética digital. En medio de esta dinámica, las naciones emergentes tienen la oportunidad de aprender, adaptarse y contribuir con perspectivas únicas. Y Chile cuenta con una tradición en innovación que puede ser un puente entre miradas ponderadas y futuros posibles, adaptando tecnologías globales a realidades locales y ofreciendo soluciones innovadoras al mundo.
La Universidad de Santiago de Chile (USACH) no solo es una institución educativa, sino que también ha sido testigo y protagonista de la evolución industrial y tecnológica de Chile. Su origen, como Universidad Técnica del Estado (UTE), refleja su profundo vínculo con el desarrollo industrial del país, porque la UTE nació en un momento crucial para Chile, en pleno auge de la industrialización de la primera mitad del siglo XX y, a lo largo de las décadas, cuando la electricidad y el petróleo reconfiguraron la industria, la UTE estuvo allí, adaptando sus currículos y formando profesionales capacitados para enfrentar estos nuevos desafíos. Lo mismo ocurrió durante la tercera revolución industrial, con la llegada de la informática y la automatización.
Hoy, en el umbral de la Cuarta Revolución Industrial, la USACH, heredera de la tradición y el espíritu innovador de la UTE, tiene la responsabilidad y la oportunidad de liderar nuevamente. No se trata solo de formar ingenieros e ingenieras con habilidades técnicas, sino también de inculcar valores, ética y una comprensión profunda de los desafíos globales y locales. La USACH está preparada para asumir este rol y guiar a Chile hacia un futuro próspero y sostenible en (…)
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