El actual Sistema de Educación Superior chileno es de provisión mixta (público y privado), compuesto por dos subsistemas, a saber, el universitario y el técnico profesional. El subsistema universitario lo integran las universidades estatales, las universidades no estatales pertenecientes al Consejo de Rectores y las universidades privadas reconocidas por el Estado. El subsistema técnico profesional lo integran los centros de formación técnica estatales, los centros de formación técnica privados reconocidos por el Estado y los institutos profesionales
A la fecha, el subsistema universitario se compone de 58 universidades, 46 están acreditadas agrupando al 96,5% de la matrícula total. Del total de universidades, 18 son estatales (CRUCH), 12 privadas del CRUCH y 28 privadas. La matrícula de pregrado se distribuye en un 44% en las universidades privadas, 28% en las privadas del CRUCH y el 28% restante en las estatales.
Para entender estas cifras debemos retroceder a los últimos años de la década del setenta, con el arribo y la consolidación de la nueva hegemonía liberal, aquella que reemplaza al antiguo Estado Docente por el actual Estado Subsidiario. La génesis de la arquitectura vigente se encuentra en el Decreto Nº2 del 3 de enero de 1981, promulgado por el régimen militar, para fragmentar a las universidades estatales en sedes regionales. Junto a ello, se promovió una completa libertad de para crear universidades privadas. Como resultado, se crearon las universidades derivadas de las dos estatales y 11 nuevas universidades privadas. Antes de esta reestructuración de 1981 existían sólo 8 universidades en el país (las que continúan denominándose “tradicionales”). Dos de ellas eran estatales y las demás privadas con subvención estatal, pues cooperaban con la función educacional del Estado, de acuerdo con el concepto de Estado Docente y Laico.
Es interesante constatar que el proceso de reforma universitaria promovida por la dictadura militar, se instruye antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1980, iniciada el 11 de marzo de 1981, mostrando el lugar estratégico que se le asignaba al sistema universitario.
La Reforma de la Educación Superior de los ochenta, consistió en un conjunto de medidas radicales que rediseñaron en el sistema universitario del país. Estas medidas, al mismo tiempo, evidencian las críticas y juicios con los que el emergente pensamiento liberal rediseñó y ajustó el devenir del sistema. La reforma de los 80 buscó descentralizar el sistema universitario chileno, otorgando mayor autonomía a las instituciones de educación superior, procurando que las propias instituciones universitarias pudieran definir sus planes de estudio, establecer sus procesos de admisión y gestionar sus recursos financieros y (…)
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