El reconocimiento de la humanidad de que las mujeres tienen derecho a tener derechos, es relativamente reciente. Producto de las luchas de las mujeres, feministas y no feministas, el 25 de junio de 1993, se declaró en Viena, en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos, como lo recuerda Alda Facio: “«Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional”.(1)
Es desde esta fecha que las democracias no pueden obviar estos derechos y las democracias contemporáneas tienen que resolver los problemas de desigualdades entre hombres, mujeres y diversidades, étnicas y sexuales, como se ha propuesto en los objetivos del milenio para el siglo XXI desde la Naciones Unidas.
Gobierno feminista
En Chile, por primera vez un gobierno se declara feminista en el año 2022, buscando dar cumplimiento a la consigna de los movimientos feministas y de mujeres de fines de los años 80 del siglo pasado, cuando estos luchaban por la democracia en contra de la dictadura, y que plantearon que la democracia debía ser en el país, en la casa y en la cama, y que si la mujer no está, la democracia no va. Pero también por dar satisfacción a los nuevos movimientos feministas provenientes del mundo universitario que irrumpen con fuerza el año 2018, base social importante de lo que será el gobierno del presidente Gabriel Boric, con las consignas ni una menos y soy dueña de mi cuerpo. Producto de estas luchas, algunas centenarias, las mujeres han logrado que se introduzcan comisiones de mujer y equidad de género para ambas cámaras del Congreso Nacional, junto con la existencia de una bancada feminista, que han propiciado que se legisle cada vez más proyectos centrados en la violencia machista, o bien sobre el rol que ocupan mujeres y niñas en la sociedad, aunque sean leyes parceladas que tienden a la segmentación del problema y que especialmente se abocan a manifestaciones explícitas de violencia. (2) Y para ser consecuente con esta declaración de principios feminista, en el año 2023, el gobierno propone una nueva versión del Plan Nacional de Igualdad entre Mujeres y Hombres para los años 2018-2030. Es decir, que como en muchas partes del mundo, Chile tuvo que llegar al siglo XXI, para proclamar la posibilidad de la igualdad de mujeres, hombres y de las diversidades sexuales. Este plan, en desarrollo, busca: Autonomía económica de las mujeres fortaleciendo, entre otros, la participación, el empleo, circuitos de comercialización y capacitación. Sobre violencia de género hacia mujeres, niñas y diversidades se reforzaron metas relativas a planes, legislación y prevención. Se destaca la incorporación de iniciativas específicas para la diversidad de mujeres rurales pertenecientes a pueblos originarios y afrodescendientes, migrantes, mujeres adultas mayores y de las diversidades, entre otras, lo que permite abordar necesidades específicas y vinculadas al territorio. Durante el 2023, se desarrolló el sistema de seguimiento online que permitirá a los ministerios informar de los avances en las metas comprometidas al 2030, así como también que las mujeres estén informadas del cumplimiento de éstas. Para observar sus propuestas y como se responde a éstas, el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género implementa, desde el año 2023, un Observatorio Mujeres, Género y Diversidad para generar políticas públicas libres de sesgos y discriminación de género para fortalecer los (…)
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