Toda política es una corpo política. Con esta afirmación no quiero señalar solamente la relación entre una forma de gobierno y la población que se rige por ella. Tampoco me gustaría circunscribir la definición de corpo política a una política específica orientada a los cuerpos de los sujetos. Más amplia que las definiciones anteriores, una corpo política es el propio cuerpo de la política en una época determinada. No es el lugar aquí para desarrollarlo, pero es importante advertirlo, la política la entiendo como un complejo entramado de artefactos literarios, visuales y tecnológicos, un régimen escópico y por sobre todo un orden de filiación.
Por tanto, por política no se debiese entender exclusivamente un conjunto de normas e instituciones que permiten la administración de un Estado, o la interrupción de la regularidad de su gobernanza por la demanda de un grupo que por violencia o exclusión exige justicia. Es por tal definición que la política es un diseño que no deja de exponer un cuerpo en las diferencias que establece, los lugares que permite o prohíbe, los roles y trabajos que asigna, los tiempos que determina y las jerarquías que visibiliza. Si la política es una corpo política lo es porque ésta presupone un orden de filiación sobre el que se organiza un sistema de género. La corpo política moderna es heteronormada y reproductiva. ¿Todavía es ese el cuerpo de la política actual?
Público y privado
Las repúblicas masculinas que se instituyen en el siglo XIX en América Latina, por tomar un caso, no son masculinas solo por el hecho que su dirección mayoritariamente esté en las manos de los hombres, esa es su expresión visible. Las repúblicas masculinas obedecen a una corpo política cuya filiación presupone la diferencia sexual natural. Asumiendo este presupuesto se describe el mundo escindido entre lo natural privado y lo artificial público. No habría que olvidar que la definición de persona está unida al artificio, a la máscara. Esta primera distinción establece dos lugares y roles: las mujeres en el espacio de lo privado natural y los hombres en lo artificial público. Muchas veces ciertos feminismos reproducen la misma corpo política del orden dominante. En ese sentido, es necesaria también una alteración de los propios feminismos. ¿Qué feminismos (qué cuerpos) son los que han sido parte de la agenda de género en América Latina en los últimos años? Hagamos un rápido recuento.
El concepto de “agenda de género” hace aparición con fuerza en el lenguaje político en la década de los noventa en América Latina. Con mayor o menor eficacia se comienzan a implementar políticas relativas a la ampliación de los límites de la representación política. Aparecen dos nuevas palabras en las discusiones relativas a la subrepresentación de las mujeres: paridad y cuotas. Lo que en teoría (…)
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