En noviembre del 2020, la Universidad Alberto Hurtado hizo pública la encuesta “Chile dice” con los siguientes resultados ante la pregunta: “¿Qué aspectos deberían ser prioritarios en la nueva Constitución?”, acceso a la salud gratuita, de calidad y oportuna 19,9%, educación pública gratuita y de calidad 14,5%, acceso a pensiones dignas 13,3%, nacionalización de los recursos naturales 7,2% y seguridad ciudadana 6,0%. Pero ahora, cuatro años después, todos los estudios muestran a la seguridad ciudadana como la primera prioridad entre los y las chilenas
En el proceso de construcción del espectáculo (1) de la seguridad ciudadana se ha afirmado que el crimen organizado hace su aparición en el país a partir de la introducción aquí de las organizaciones internacionales, particularmente de origen venezolano -el mal viene de afuera-, dentro del proceso migratorio masivo e intensivo debido a la grave crisis económica, social y política que padece Venezuela.
El imaginario del crimen organizado tiene como modelo al narcotráfico que viene de afuera, pero hay suficientes antecedentes para decir que Chile -desde los orígenes de esta actividad ilícita- tiene una participación activa en su desarrollo. Desde la década de los años 50 partes importantes y crecientes de los cultivos de coca de Perú y Bolivia, que producían para el consumo tradicional de mascado y mate, son procesados y convertidos en clorhidrato de cocaína a ser exportados a los mercados del norte de América y Europa. En particular la producción de Bolivia, dado que ese país no tiene salida al mar, su exportación se hace por Chile. Además, la tradición indica que los “químicos” o “cocineros” que sabían hacer los procesos de transformación de la hoja en cocaína eran chilenos, ellos tenían el control tecnológico de esas producciones ilícitas.
En la década de los 70 hay un auge de este mercado ilícito internacional de la cocaína, es la droga del éxito, ya que va aumentando ostensiblemente la demanda con el nuevo sistema económico, social político que se denomina el neoliberalismo, con el cual se reemplaza el new deal o de la sociedad del bienestar y del estado benefactor, desde la post guerra en 1945 a la crisis energética y del dólar en 1975. Época a partir de la cual aparecen varios casos de químicos y “burreros” chilenos, la pasta base de cocaína se traía de Bolivia y se procesaba en la zona interior de Valparaíso donde se convertía en clorhidrato de cocaína, luego se embarcaba en ese puerto a sus destinos internacionales. Sobresalen dos casos emblemáticos que muestran el rol creciente de los chilenos en el tráfico internacional ilícito de cocaína.
Tráfico internacional
Uno fue el de Mario Silva Leyva, el “Cabro Carrera”, (1924-1999) de origen humilde y huérfano se hace delincuente común, con correrías por Argentina, de múltiples y complejas actividades ilícitas, como apuestas clandestinas, en la década de 1960 se inicia en el narcotráfico con destino a Estados Unidos. Tras el golpe de Estado de 1973, fue extraditado a ese país por petición de la DEA, tras tres años de presidio se trasladó a Europa para constituir una red de narcotráfico que abastecía a los Países Bajos e Italia, conectado al cartel de Medellín. Volvió a Chile en los 90, con una fortuna estimada en unos 20 millones de dólares. Tenía (…)
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