A comienzos del siglo pasado se inició en Chile un proceso de democratización. En ese período la influencia del liberalismo fue significativa en la política, educación, derecho y economía, que se manifestó, especialmente, en las sucesivas reformas del sistema educativo y en la Constitución de 1925. Esta fue una Constitución liberal por su carácter representativo, su concepción de la soberanía, de la división de poderes. Asimismo, establecía un Estado socialmente responsable de derechos sociales “La soberanía reside esencialmente en la Nación, la cual delega su ejercicio en las autoridades que esta Constitución establece” (art. 2). Era marcadamente presidencialista, pero había una separación de los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Reconocía un conjunto de libertades personales y políticas, incluyendo la libertad de expresión y publicación. Reconocía el derecho de propiedad con carácter social: “El Estado propenderá a la conveniente división de la propiedad y a la constitución de la propiedad familiar”. Creó un sistema de salud que se fue expandiendo hasta 1973: “Es deber del Estado velar por la salud pública y el bienestar higiénico del país. Deberá destinarse cada año una cantidad de dinero suficiente para mantener un servicio nacional de salubridad”. Asimismo, destacaba que : “La educación pública es una atención preferente del Estado. La educación primaria es obligatoria. Habrá una Superintendencia de educación pública, a cuyo cargo estará la inspección de la enseñanza nacional y su dirección, bajo la autoridad del Gobierno” (1).
El proceso de democratización de la educación se extendió hasta 1965 y comprendió varias reformas educativas. Las asociaciones de profesores participaron en ellas. Se inspiraron en la pedagogía del filósofo liberal John Dewey, el más importante educador estadounidense del siglo. Los educadores chilenos más importantes se doctoraron en ese país: Darío Salas, Amanda Labarca y otros (2).
Dewey reconoce la importancia de la educación refleja o espontánea, pues la experiencia es el concepto principal de su pedagogía (3). Consideraba que los fines de la educación eran formativos y no son solo enseñar y preparar para el trabajo, (4). La escuela debe estimular el proceso de aprendizaje grupal de los estudiantes mediante actividades de profundización de sus experiencias. Debe desarrollar la reflexividad, la cooperación y el desarrollo de los estudiantes. En 1904 se creó “La Asociación Educación Nacional” cuya Declaración de Principios se basa en la concepción educativa de Dewey: “La educación es un camino a la vida libre y republicana” (5). Proponen “formar los mejores ciudadanos, “el alumno debe familiarizarse con los métodos de investigación. La educación debe ser práctica” (6).
La oligarquía neoliberal
La dictadura significó un Termidor, el fin del proceso de democratización y la instauración de un sistema que puede ser denominarse como una neoligarquía neoliberal. Esta se formó por la (…)
Texto completo en la edición impresa del mes de septiembre 2024
en venta en quioscos y en versión digital
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.cl
Adquiera los periódicos y libros digitales en:
www.editorialauncreemos.cl