Hace algunos días me tocó participar de un foro titulado “Descentralización, derechos sociales y desarrollo local” organizado por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, espacio en el que me correspondió reflexionar en torno a las dificultades que enfrenta la descentralización, en particular sobre las tensiones y contradicciones con el gobierno central.
La historia es un elemento esencial para analizar el presente y proyectar el futuro, y citarla y situarla es esencial para ponderar el presente inmediato. Los Intendentes regionales se crearon durante el proceso de regionalización el año 1975 en plena dictadura (proceso cuyo fin era ordenar geopolíticamente el territorio), lo cual quedó posteriormente consagrado en la Constitución Política del año 1980. Los consejeros regionales el año 1993 como figuras encargadas de coordinar, supervigilar y fiscalizar a los servicios públicos de cada región.
Es precisamente el año 1993, mediante la promulgación de la ley 19175 cuando se crean los Gobiernos regionales como organismo encargado de la administración superior de la región, con Intendentes designados por los gobiernos centrales y consejeros regionales designados por las autoridades comunales de sus respectivos territorios a representar.
Recurro a la historia nuevamente para señalar que los consejeros regionales fueron electos democráticamente y por primera vez en el mes de noviembre del año 2013, con funciones específicas en materia de fiscalización, aprobación de los recursos de inversión pública contenidos en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional y acompañar la gestión del hasta entonces Intendente.
El año 2017, la ley 20990 aprobada por el Congreso de la República estableció el reemplazo de la figura del Intendente por la del gobernador(a), autoridad que sería elegida mediante elección popular.
Formo parte de la primera generación de Gobernadoras y Gobernadores regionales elegidos democráticamente en el mes de mayo del año 2021, y he vuelto a ser reelegido el día 24 de octubre del 2024 por otros cuatro años más, al frente del Gobierno regional de Valparaíso.
Recuerdo con nitidez que en agosto del año 2021, en el palacio de la Moneda y ante Sebastián Piñera y su ministro del Interior, mis colegas Gobernadores le solicitaron al gobierno “iniciativas para profundizar la descentralización, más financiamiento para gobernar y respeto al mandato democrático”.
Sin dudas que la convivencia con el Gobierno anterior, en rigor desde mayo del 2021 hasta marzo del 2022 no fue fácil, y abrigamos muchas esperanzas con la promesa de campaña del actual presidente Gabriel Boric cuando en el encuentro de gobernadoras y gobernadores regionales desarrollado en San Pedro de la Paz sostuvo “Si el pueblo de Chile nos da el honor de poder representarlos de aquí en adelante, no les quepa duda que en nuestro futuro gobierno se va a terminar con la figura del Delegado presidencial regional traspasando sus funciones a las y los gobernadores”.
Un cambio pendiente
A tres años de esa promesa (…)
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