La “fagocitosis endémica” de la derecha chilena

Hace una década, un senador de Renovación Nacional (RN) alertaba a su sector por la “fagocitosis endémica” que cada cierto tiempo sufre la derecha, al describir un momento de crisis cuando ciertos liderazgos o núcleos comienza a comerse a los propios. Algo parecido está aconteciendo en estos momentos, cuando el liderazgo de la ex alcaldesa Evelyn Matthei, la mejor posicionada en la carrera presidencial de este año, recibe los impactos del “fuego amigo”.

En un escenario donde no hay una candidatura definida por los progresismos y la oposición derechista no tiene a quien golpear, la candidata de la Unión Demócrata Independiente (UDI) parece estar de espalda contra el muro para sortear los dardos de sus eventuales aliados. El exsenador, expresidente de RN y financista del partido, Carlos Larraín, dijo que Matthei no tiene “el derecho adquirido” de ser candidata y recordó que una vez ya fue derrotada, en 2013 por la socialista Michelle Bachelet. El zamarreo no se detuvo ahí, también aludió al origen familiar de la exsenadora y su lazo sanguíneo con la dictadura: “Yo quisiera que ganemos la próxima vez. Hay otros factores que no menciono, no porque sean turbios, sino porque son muy evidentes. Ella es hija de un integrante de la Junta de Gobierno, militar. Sumamente, parecida a su papá físicamente”.

La arremetida de Larraín comenzó inmediatamente después de las elecciones municipales y de gobiernos regionales, cuando la derecha tuvo resultados que no cumplieron con las expectativas esperadas y Matthei no pudo capitalizar triunfos significativos. Fue entonces cuando el empresario propuso que RN levante una candidatura y nombró al derrotado candidato a Gobernador por la Región Metropolitana Francisco Orrego, quien obtuvo casi dos millones de votos en la segunda vuelta. Probablemente la incursión de Larraín no tenga un impacto decisivo en las definiciones presidenciales de RN, puesto que al interior de éste hay una clara mayoría disponible a favor de Matthei. Pero (…)