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A 100 años del ensayo sobre el don de Marcel Mauss

Reciprocidad, solidaridad y amabilidad

En estos días en que la reciprocidad, la solidaridad y sobre todo la amabilidad o decencia no parecieran ser el tono dominante; en que las relaciones de mercado se han entrometido en todos los intersticios de la vida social, humana y política, llenando de situaciones escabrosas, execrables y lamentables los medios, y la vida pública, bien vale la pena conmemorar los 100 años en que Marcel Mauss publicó el Ensayo sobre el don (1).

No sería demasiado arriesgado afirmar que el gran texto de mediados del siglo XIX fue El Manifiesto Comunista de Carlos Marx (Ver Ziziek, la Vigencia del Manifiesto Comunista. Anagrama. 2023) y el texto de la primera mitad del siglo XX es este ensayo sobre el don. Quizá se trate del texto más importante de las ciencias sociales del siglo XX… en todo caso, la antropología moderna surge de ese texto extraño, corto en tamaño, oscuro también, que fue publicado por Mauss en marzo de 1924…. probablemente dicen los biógrafos, afectado por la Primera Guerra Mundial, en la que habían muerto muchos de sus amigos, entre ellos Hertz, el autor del famoso y precioso texto acerca de la “preeminencia de la mano derecha y el dualismo religioso”. Este Ensayo sobre el don es lo que llamamos en las clases de teoría, el “Texto Sagrado” de la antropología. Pero vamos por parte; ¿Quién era Marcel Mauss y qué dice en lo central el así llamado con cierta ironía, “Texto Sagrado” ? (2).

Contra la guerra

Mauss va a ser sobrino -ni más ni menos- de Emilio Durkheim, el fundador, según se dice en los manuales, de la sociología. Era hijo de una hermana y fue su discípulo. Adhirió tempranamente a las ideas socialistas, por ejemplo, invitó a su cátedra en la Universidad de Burdeos al líder de ese partido Jean Jaurés. Está contra las guerras y contra la Primera, por cierto, aunque debe participar como “camillero” en los equipos de salud y rescate.

Mauss va a discutir fundamentalmente con las ideas liberales, sus teorías acerca del origen de la sociedad. El Estado de guerra como principio de constitución, en el Leviathan de Thomas Hobbes, o la mirada Robinsoniana del evolucionismo, de quien se hace solo. Por ello verá en el intercambio el fundamento de las sociedades humanas. En ese sentido, Mauss será muy poco estatista y, sobre todo, partidario de formas de asociatividad solidarias, en fin de una manera diferente de ver las sociedades humanas como hasta ese momento lo había mirado las ciencias sociales y como se observan hoy en lo que Nancy Frazer denominó el Capitalismo Caníbal (Ver la edición chilena de Le Monde Diplomatique. Diciembre 2024).

El “texto sagrado” comienza con una hermosa saga escandinava en que se preludia el sentido de lo que hablará el escrito y sobre todo el tono de lo que va a venir. Un tono poético, oscuro como se ha dicho tantas veces, insinuador, en que se abre el conocimiento occidental a otros saberes, a otros sabios, a otros conocimientos. Y quizá allí está una de sus principales virtudes.

El Havanal o conjunto de dichos vikingos, dice entre otras cosas:

“Nunca he encontrado a un hombre tan generoso y tan dadivoso para alimentar a sus invitados… aquellos que devuelven mutuamente los regalos son amigos por más tiempo… los hombres generosos y valientes tienen mejor vida… no tienen ningún temor… pero un cobarde le teme a todo… el avaro siempre le teme a los regalos”.

Pocas dudas cabe que hoy en día la generosidad está siendo atacada por el miedo. Miedo a todo, a todos, a salir a la calle, a dar, a recibir… los asustados se someten más fácilmente. Y la gratuidad de los intercambios se pierde en medio de la publicidad y propaganda interesada, porque como dice el texto, “… los amigos hacen regalos, pero también los regalos hacen amigos”.

Tres obligaciones

Y dicho este poema extraño, entra en materia señalando la existencia de tres obligaciones primordiales de “lo” humano, y no de los humanos agregaría personalmente… La obligación de dar, la obligación de recibir y la tercera, la de mayor complejidad, la obligación de devolver. Pero insiste que en la primera obligación hay gratuidad. El que da, como es bien sabido, no pierde sino gana.

Mauss nos habla del Hau, de ese espíritu de las cosas que quiere volver al lugar de su nacimiento y aparece como el mandato de la circulación de las riquezas, de los productos, de los tributos, de los dones… ahí está el origen o la naturaleza del lazo jurídico que es creado por la trasmisión de las cosas. Robert Hertz, compañero y coautor con Mauss -muerto en la Primera Guerra Mundial-, va a proponer en “Pecado y Expiación” que la sanción del robo es el simple efecto mágico religioso del “mana” del poder que el propietario guarda de la cosa robada… que está cargada del Hau , esto es, de poder espiritual…

Levi Strauss acusa a Mauss de haberse fascinado con la interpretación del intercambio de dones que le hace el chamán polinésico a un amigo que recogió la historia. Tamati Kamaipiri el chamán en cuestión le habla del poder que tienen las cosas, que tienen una suerte de “alma”, el Hau, que será una palabra clave en la antropología contemporánea.

Esa relación primordial sería lo que constituye a las sociedades humanas… siendo el lenguaje parte central de esta relación y no como creen algunos que surge de imitar los ruidos de la naturaleza, siendo por el contrario, un sistema de señales, de dones, que van y regresan… y por cierto ahí está la clave del comercio también, de los diversos tipos de intercambios y la pregunta se repite con el chamán Ramaipiri ¿Por qué esta necesidad de devolver los dones? Y ello responde con esa palabra maravillosa: “Es que las cosas tienen un espíritu”, un Hau, algo que los lleva de “regreso a casa” para decirlo en forma poética, a su primer dueño… hay algo que lo hace devolverse… Y es que parece casi ingenua y primitiva como explicación, según Levi Strauss por ejemplo, y por el contrario es una de las ideas más modernas y actuales que uno puede imaginar. Las cosas se llenan de misteriosos poderes -como los teléfonos celulares- poderes mágicos que conducen a ser robados, a ser inseparables de los humanos modernos, y cuando un motochorro lo quita de un tirón, no es solamente un aparato que se pierde en su materialidad, sino una parte del alma, del espíritu de la cosa que se va -tus contactos- es el pedazo de sociedad con el que la persona vive -lo incomunican- y siguiendo con el asunto, no es muy diferente al concepto de alienación -trabajo alienado- de Carlos Marx, y que con el tiempo se transforma en el concepto de “plusvalía”, piedra angular del marxismo y del capitalismo. Es ese valor no devuelto en que se ha roto la tríada primordial, las tres obligaciones. Las consecuencias las conocemos cotidianamente, desde las frustraciones personales, las convulsiones sociales, en que domina esa sensación generalizada de que no se devuelve justamente lo que se ha dado, esto es, el trabajo.

Fiestas pantagruélicas

El texto da lugar a varias interpretaciones y derivadas de todo tipo. Señalemos dos que son de una actualidad in-soportable: la primera la de los dones mafiosos. Por ello este oscuro ensayo permite comprender los fenómenos de corrupción, de acoso, y por eso los mafiosos son tan dadivosos, dan mucho para exigir mucho también, y si no se cumple con la devolución culturalmente establecida se cobra con la vida. Este texto, es en cierto modo una “teoría general de la obligación”, de aquello que está por detrás de las obligaciones jurídicas, que son muchas veces más pesadas incluso que las escritas. Lo vemos, aterrados muchas veces, en el comportamiento de las mafias.

La segunda idea gruesa y espectacular que está en el “texto sagrado”, es la del “Potlash”, esas fiestas pantagruélicas, destructoras, destructivas, agonísticas, como les llamara Franz Boas… Potlash es una palabra que viene del grupo Chinook del actual Canadá y significa alimentar, consumir… Boas dice “estas tribus muy ricas pasan los inviernos en una fiesta perpetua” y agrega: “Llegan a la destrucción puramente suntuaria de las riquezas acumuladas para eclipsar al jefe rival que, al mismo tiempo, es alguien asociado… existe una prestación total, porque es todo el clan el que contrae un contrato para todos, por todo lo que posee y por todo lo que hace… esta prestación reviste un carácter agonístico, son prestaciones totales de tipo agonístico”. Allí se producen prestaciones totales, todo se da con todos y con todas, todo se devuelve con todos y todas, y la riqueza se distribuye y el que conduce, o los que conducen, se llenan de prestigio, como el padre de la novia cuando entra hinchado de orgullo del brazo de su hija ante el altar a dársela al novio. A la otra fratría, al clan del lado, a la familia vecina, y se dice que en la fiesta corrió el whisky y que había “trago para bañar yeguas”… la miseria de la vida cotidiana se reemplaza por un instante en que se detiene el tiempo, por una instancia en que se derrocha, se rompe el vivir y se hace también pedazos la ciudad, los vestidos los tiraban al fuego los hinook, o se rompen vasos y platos a lo griego…. el orden se subvierte… los españoles al llegar al sur de Chile solo ven gente en fiestas, las borracheras le dicen, en que se canta, baila, bebe, en fin, se hace sociedad.

El “texto sagrado” es una especie de guía, para mirar las sociedades convulsionadas y sin sentido en que estamos viviendo, desde otra perspectiva… el individualismo, la soledad, la competitividad maldita, a la que ha sometido el pensamiento neoliberal a las sociedades modernas, puede ser discutido con este texto que cumple 100 años de vida, de renovada vida. Es por otro lado una suerte de antídoto frente a tanta estupidez que uno debe escuchar en la vida así llamada pública, un pensamiento de esperanza en que los seres humanos algún día se cansarán de vivir sin espacios amables, decentes, de reciprocidad y solidaridad.

1. Una versión más completa de este artículo aparecerá en la revista Antropologías del Sur. Número del segundo semestre del 2025.

2. Marcel Mauss Ensayo sobre el don. Forma y función de los intercambios en las sociedades arcaicas. En librerías, Katz ediciones. Madrid y Buenos Aires. 2009.

* Antropólogo

José Bengoa

Antropólogo.

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