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Fuertes movilizaciones contra el presidente Vučić

Serbia se subleva

Desde hace cuatro meses Serbia vive el mayor levantamiento de su historia contemporánea. Las manifestaciones contra la corrupción surgieron a partir de un derrumbe en la estación de tren de Novi Sad, accidente que reveló los defectos de un sistema político en el que reina el favoritismo a expensas de la seguridad.

El 19 de marzo de 2022, el presidente serbio Aleksandar Vučić recibió en Novi Sad a su homólogo húngaro y “gran amigo” Viktor Orbán para inaugurar el primer tramo del futuro tren de alta velocidad entre Belgrado y Budapest, que alcanzará los 200 km/h. Tras su renovación, la apertura de la estación tuvo lugar en julio de 2024 y estuvo a cargo del ministro de Construcción, Transporte e Infraestructura, Goran Vesić. El 1 de noviembre, su alero se derrumbó abruptamente y causó la muerte de 15 personas.

“Pedí trabajos adicionales. Me respondieron que no era rentable porque eso prolongaría la duración de la obra. Rescindí mi contrato porque no quería trabajar en esas condiciones”, nos contó el ingeniero Zoran Đajić quien, hasta marzo de 2023, fue el responsable de la supervisión de los trabajos para la empresa serbia Starting, principal subcontratista de la empresa pública china China Railway International. Para renovar esta obra de arquitectura brutalista, terminada en 1964, la estructura fue considerablemente sobrecargada. “El proyecto preveía aligerar las capas superiores. No sólo no se hizo, sino que Starting añadió más hormigón y vidrio, lo que generó una sobrecarga de 23 toneladas adicionales en el alero”, precisó Đajić, quien reiteró sus advertencias cuando fue contratado por el maestro de obra chino. Sin embargo, desde la cúpula del Estado serbio aseguraron, a partir de la misma noche del trágico evento, que la restauración de la estación no incluía ese alero. Mientras conversábamos en una cafetería de Belgrado, algunas personas se acercaron para agradecerle. Entre los aproximadamente 150 empleados del proyecto, fue el único que se animó a hablar en público. “La gente me llama y me dice que no se animan a decir nada, que tienen miedo por sus familias. Se sorprenden de que todavía esté con vida”, nos confesó Đajić con una sonrisa.

La reconstrucción de la línea ferroviaria y de la estación de tren fue el resultado de un acuerdo firmado con China en 2016. Para financiar este proyecto, el Estado serbio contrajo un préstamo de más de 1.200 millones de euros con el banco chino Exim. Los subcontratistas serbios podían participar en la obra y en el suministro de equipos hasta en un 46% del presupuesto. Starting fue elegida sin licitación pública previa, a pesar de no tener ninguna experiencia en ese ámbito.

El seguimiento de todo el proyecto fue confiado, por un monto de 33 millones de euros, al consorcio húngaro Utiber, del cual forma parte el grupo francés Egis. “Los precios estaban inflados entre un 50% y un 200% en comparación con el mercado –aseguró Đajić–. Después, los chinos facturaban con un margen adicional del 12%. La dirección de obra de la arquitectura no podía hacer nada”. Dos ingenieros de Egis encargados del seguimiento de los trabajos en la estación fueron arrestados, junto con otros nueve sospechosos. En respuesta a nuestras preguntas, Isabelle Mayrand, directora de comunicación y asuntos públicos del grupo en Francia, reconoció sin aportar más detalles la detención de dos de sus empleados desde hace casi cuatro meses “por necesidades de la investigación”, pero afirmó que “no se ha presentado ningún cargo en su contra”.

Protestas y represión

Cinco días después del accidente, el ministro Vesić renunció a su cargo mientras una manifestación masiva se apoderaba de las calles de Novi Sad. Cada viernes a las 11:52, la hora de la tragedia, la población bloquea los cruces de las ciudades. El 22 de noviembre, frente a la Facultad de Artes Dramáticas (FDU, por sus siglas en serbio) de Belgrado, estudiantes y profesores estaban haciendo 15 minutos de silencio en homenaje a las víctimas cuando fueron agredidos de manera brutal. “La policía que estaba presente en el lugar dejó pasar varios vehículos. Sus ocupantes primero nos insultaron y luego nos agredieron físicamente. Los policías de civil filmaron la escena sin intervenir”, relató Milan Stojanović, profesor de la FDU. La investigación reveló que entre los agresores había dirigentes del Partido Progresista Serbio (SNS, por sus siglas en serbio) que tenían cargos en el (…)

Artículo completo: 2 267 palabras.

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Ana Otašević

Periodista y cineasta, Belgrado.

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