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Viejas fórmulas de selectividad y exclusión

El discurso antiinmigración

Las derechas chilenas han ajustado sus discursos y propuestas al ritmo y tono que han tomado las fuerzas más extremistas de Europa y Estados Unidos. Los matices entre las candidaturas de Matthei, Kast y Kaiser son casi imperceptibles. Más bien se complementan.

El 20 de enero pasado asumió Donald Trump en Estados Unidos y dentro de las primeras medidas ejecutadas, tal como prometió en su campaña, fue desarrollar un paquete ejecutivo “antiimigración”. Sin embargo, no resulta sorprendente en relación con otras acciones que en otras naciones se han ido tomando en las últimas décadas, caracterizadas por una tendencia securitista y nacionalista en atención a la movilidad transnacional. Ya desde los años 90, más de la mitad de los gobiernos del mundo, habían desarrollado políticas de migración, y en esa época se plantea un énfasis en un rol político de contención de fronteras para las personas, pero no, como enfatiza el sociólogo Zygmunt Bauman, “para las entidades económicas trasnacionales”. Estas lógicas no fueron ajenas a Chile que desde la lectura dictatorial de “enemigo externo” pasó a unirse a las perspectivas de cierre y externalización de las fronteras.

Entre las decisiones recientes del gobierno estadounidense se consideran el aumento de las deportaciones y arrestos de personas en situación irregular, declaración de emergencia nacional y envío de tropas a la frontera, aumento de personal para el servicio de seguridad y posibilidad de que el servicio de migración realice redadas en espacios que se consideraban como seguros para la comunidad migrante como escuelas, iglesias y hospitales, suspensión de la admisión de refugiados/as, endurecimiento en los procesos de otorgamiento de visado y permisos de ingreso al país de cualquier tipo, preparación de la base de Guantánamo para la posible acogida de hasta 30 mil personas migrantes en situación irregular y registro obligatorio de personas indocumentadas -que incluye a niños/as y madres/padres- con riesgo de multas y sanciones penales al no realizarlo. Sin duda, todas medidas que buscan enfrentar la movilidad de personas en busca de una mejor situación económica. Se suma a ello, una idea que da luz de quienes podrían sí ser bienvenidos/as en ese país según su estatus económico privilegiado: el otorgamiento de una “Golden visa” para quienes inviertan en el país cinco millones de dólares, lo que les daría los mismos derechos ciudadanos que una persona estadounidense.

Modelo valórico

Estas medidas selectivas de exclusión para un tipo de migrante y de inclusión para otros, muestran explícitamente el modelo valórico que se intenta desplegar no sólo en Estados Unidos sino en otros puntos del globo, y que se enmaraña entre prácticas de xenofobia, racismo y aporofobia. Son acciones ya ensayadas en otros momentos históricos y re-editadas con nuevas formas, en los actuales.

La misma tónica tuvieron las ideas promovidas por el partido de extrema derecha de Alemania (Alternative für Deutschland- AfD) en su última campaña en febrero: asociar migración con problemas de seguridad, endurecimiento de las políticas, restricción de acceso, control de fronteras y deportación exprés. También las podemos encontrar en discursos políticos de otros sectores de ultraderecha en Dinamarca, Finlandia, Italia, Austria, España, Hungría, Francia, entre otros países de Europa y en Argentina, Brasil, Perú, (…)

Artículo completo: 1 716 palabras.

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Caterine Galaz Valderrama

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