En términos latos la delincuencia organizada es la reunión de tres o más personas concertadas en el tiempo y organizadas de manera jerárquica para cometer todo tipo de delitos contra la propiedad, los bienes y las cosas; si esos delitos afectan la vida, la integridad y la salud, así como, la libertad de las personas, los consideramos crimen organizado (1).
Cuando no hay evidencia de esos niveles de organización y jerarquía en la preparación y el acometimiento de los delitos contra las cosas, los calificamos como delincuencia común, o crimen común si afecta la integridad de las personas. En general, los autores de esos delitos comunes son jóvenes, sujetos marginalizados, personas en situación de calle y similares; en este sentido son los delitos de la pobreza, y eventualmente, los crímenes de la pobreza.
Según la encuesta ENUSC (2) la mayor parte de los hechos delictivos que padece el 23,5% de los hogares son contra sus cosas, bienes y propiedades, tales como el hurto, el robo por sorpresa, el robo con fuerza, el robo con intimidación, el robo en lugar habitado, etc. También destaca que el 16,1% de los delitos que padecen los hogares chilenos son los robos de objetos desde los automóviles, es decir, más los dos tercios del total, son el más generalizado robo con fuerza, no son hurtos. El robo de los automóviles mismos en presencia de sus conductores, mediante portonazos, encerronas y turbazos son de gran interés del periodismo policial por la intimidación o la violencia que se ejerce contra aquellos, son robos con violencia, por lo tanto, son crímenes, pero solo llegan al 2% del total de los hechos delictivos padecidos por la población.
A menor victimización mayor miedo
Según las Naciones Unidas (ONUDC) Chile es el país con más baja victimización de América Latina, para 2022 solo el 6,5% de las personas había padecido algún delito, en comparación a Argentina con 19,9%, o Uruguay con 23,5%, o Perú con 26,6% de victimización personal, lo mismo acontece si nos comparamos con algunos países europeos, como Reino Unido con 12,1%, Suecia con 22,6%, o Finlandia con 18,6% de victimización. No obstante, la paradoja es que nuestro índice de temor en los hogares según la misma ENUSC se eleva al 90%. Según Paz Ciudadana, Chile es uno de los tres países con más alto índice de temor a la delincuencia en el mundo; en breve, somos el país con más baja victimización en la región, una de las más bajas en el mundo y, a la vez, el con más alto temor al delito.
Si bien, según la ENUSC la victimización por hogares ha disminuido en un 16,1%, de un 28% en 2017 a un 23,5% el año pasado, no obstante, lo cierto es que aumentó un punto y medio desde el año anterior, también, los homicidios han aumentado de 845 en 2018 a 1.207 víctimas en 2024, con un crecimiento del 42,8%, disminuyendo un 4,8% con respecto al año anterior, el 52% de ellos son sin imputado conocido y se asocian al crimen organizado, la otra mitad son producto de conflictos (…)
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