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A un año de Gobierno: por una política exterior de cara al Siglo XXI. Por Jaime Ensignia

En la mayoría de los gobiernos democráticos de los últimos 50 años, la política exterior y sus respectivos ministros han gozado de singular popularidad en los sondeos públicos. Esto, a excepción de la gestión de la dictadura cívico militar que, de la mano de sus numerosos cancilleres, confinó al país al aislamiento internacional. En aquel periodo nuestra política exterior fue objeto de repudio mundial.

Con el regreso a la democracia, Chile volvió a ser percibido como un país con valores democráticos y con una cierta relevancia en la política internacional del continente latinoamericano y en los organismos internacionales. Esta situación se hace patente en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet con la destacada intervención como presidenta pro tempore de UNASUR en el caso de amenaza de golpe de Estado en Bolivia. La política exterior de la segunda administración de Bachelet, a través del Canciller Heraldo Muñoz, ha puesto el énfasis en la “vuelta al barrio”, es decir, la profundización de los vínculos con América Latina y el Caribe, particularmente hacia América del Sur, entorno natural de nuestro país, en el contexto de la denominada política de convergencia en la diversidad. En términos globales, esto se ha traducido en el apoyo resuelto a la conjunción de intereses entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR; en la mayor injerencia en la UNASUR y sus respectivos Consejos Ministeriales y Sectoriales; en la participación activa en la CELAC y en la próxima Cumbre de las Américas. Sin embargo, el avance de importantes nubarrones logran opacar el esfuerzo de la Cancillería y su Ministro.

Para nadie es secreto que las relaciones vecinales, específicamente aquellas con Perú y Bolivia, no gozan de buena salud. El fallo de la Haya dejó heridas en los vínculos con Perú, y el reciente caso de espionaje sólo aumenta el daño, atascando el despegue hacia una agenda de colaboración entre ambos países de cara al futuro. Con Bolivia estamos en la Corte Internacional de La Haya y no se perciben gestos tendientes a descongelar las relaciones. La política exterior basada en el giro hacia América Latina y su vuelta al barrio, aparece peruanizada y bolivianizada. Esta reducción de la política exterior a una agenda de conflictos se ve abonada por las intervenciones públicas de figuras políticas que, con discursos nacionalistas, apuestan a su mero posicionamiento en desmedro de los intereses de largo plazo del país. Por su parte, importantes medios de comunicación atacan a la Cancillería por los “escasos avances en la integración regional de Chile”, realizando un análisis sesgado de lo realizado durante este primer año de gestión gubernamental (1). En este sentido, es necesario que la Cancillería salga de este encasillamiento mediático y sectorial, puesto que la política exterior es mucho más rica y diversa que la estrechez de los conflictos mencionados.

A fines de diciembre de 2014, el Ministro Heraldo Muñoz realizaba un balance de la política exterior de este primer año de gobierno. El Canciller volvía a constatar el eje central de la política exterior, al relevar lo siguiente: “América Latina es y será la primera prioridad. Una mayor proyección concertada es una tarea fundamental, considerando que la nueva economía mundial se construye sobre la base de macro regiones. Además, en Latinoamérica están los mercados para nuestros productos con mayor valor agregado, así como las mayores oportunidades para invertir” (2).

En resumen, aunque el actual Gobierno haya definido con claridad sus prioridades para este periodo en materia de política exterior, las dificultades que se enfrentan ya en estos primeros tramos del camino indican que serán necesarios cada vez mejores instrumentos para enfrentar los desafíos. En este contexto, la modernización de la Cancillería es parte de un proceso que Chile deberá recorrer de cara a una política exterior para el siglo XXI.

Notas:

1-. Ver: Editorial de La Tercera, Escasos avances en la integración regional de Chile, miércoles 4 de marzo 2015, pág. 7. El embajador de Chile en Brasil, Jaime Gazmuri. M., en una carta al mismo diario La Tercera del día jueves 5 marzo, critica la inexactitud de esta editorial, particularmente en lo referente a la relación de Chile con Brasil, pág. 10.

2-. Ver: El Mercurio, La política exterior de Chile en 2014, Heraldo Muñoz, domingo 28 de diciembre 2014, pág. A2

Jaime Ensignia es sociólogo, Dr. en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Libre de Berlín, Director del Programa Internacional de la Fundación Chile 21.

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