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Acusación y emplazamiento a los parlamentarios. Por Mario Osses

Comienzo esta vez por desearles la más Feliz Navidad y un muy Próspero Año Nuevo, en la confianza absoluta de que el próximo año habrá de ser, necesariamente, un año verdadero de cambios a favor de la tradición histórico-política y cultural de nuestro país. Superando, ciertamente la preocupante crisis en los más diversos órdenes que hoy nos afecta. Y sin tener miedo, como primer paso, de reconocerlo con honestidad y con responsabilidad. Y, atendida precisamente la infinita importancia al parecer no entendida por nuestros parlamentarios y políticos, me permito esta vez dar lectura y dejar testimonio escrito de esta gravísima circunstancia. A la cual, además, aludí en intervención anterior, pero que debe ser repetida:

“Sorprendentemente” y como lo reconoce uno solo de los miembros de la Cámara de Diputados, el Gobierno ha enviado al Parlamento un Proyecto de Ley en cuya virtud se faculta a los propios Partidos Políticos -tan desprestigiados- para que puedan poseer acciones en sociedades anónimas. Esta gravísima situación se traduciría por cierto en la consolidación más abyecta y absurda de un proceso que todo el país últimamente ha condenado al tomar conocimiento de la vergonzosa alianza -para nuestra Democracia- entre el dinero y la política. Materia sobre la cual, como todo Chile sabe o debe saberlo, algunos valientes periodistas y fiscales han podido dar cuenta detallada al País en las últimas semanas. Y de lo cual, lo más sorprendente todavía, como lo expresa María Olivia Monckeberg en su último libro, es que sea la propia militancia o dirigencia de los sectores autodenominados “de Izquierda”, que no han tenido problemas en recibir dineros -y millonarias sumas- justamente de su sector aparentemente opuesto. Gestiones en que destaca, como es sabido la acción de SQM, dirigida entonces por el Sr. Julio Ponce Leroux.

Concluyo, una vez más, advirtiendo acerca de los peligrosísimos riesgos de que si así aconteciere, me permito evocar a mayor abundamiento, una célebre afirmación de Nietzsche:

“El gran desafío de la política, es que los hombres de negocios no lleguen al Poder”. Esta incontestable afirmación del gran filósofo, básicamente se explica, porque ello significaría una aberrante y peligrosa acumulación de Poder: el Poder político-institucional sumado al Poder económico. Lo que constituiría, sin duda ninguna, la más tenebrosa de las dictaduras, aún bajo la máscara -como hoy acontece- de una presunta democracia.

Lo más escandaloso e inconcebible, es que esta noticia ha sido mínimamente divulgada, en tanto que a situaciones mucho menos relevantes como el “caso Haeger de Puerto Varas” por ejemplo, se le ha concedido la máxima cobertura. Como si se tendiera una cortina de humo para que la ciudadanía se olvide de lo principal, en términos similares a lo que acontece con el efecto óptico estroboscópico: una puñalada a nuestra democracia.

Por lo tanto emplazo públicamente a los Parlamentarios chilenos para que asuman en forma responsable, patriótica y democrática su cabal rechazo a tamaña insensatez y atentado en contra de la transparencia y de la Libertad. Y no vuelva a repetirse nunca más en Chile la verdadera estafa moral que representa la célebre afirmación del gatopardo: “las cosas tienen cambiar, para que sigan iguales” y lo que es más grave todavía en este caso, es que seguirían mucho peor...

Mario Osses Quirós

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