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Anti-Tesis y Tesis del tránsito del Capitalismo al Socialismo Pensamiento Mariateguista. Apunte III final - Por Elias Parra

Identificación del método filosófico de Mariátegui

Como podría comprender el lector, según se puede desglosar desde los textos anteriores, redactados y publicados en estas páginas online del Le Monde diplomatique, sobre José Carlos Mariátegui, se podrá dar cuenta que es claro que Mariátegui utiliza el método marxista, para hacer su análisis y plantear su tesis marxista en plena lucidez intelectual. Mariátegui comprende de manera única, que el método filosófico, es así mismo un método, un medio y un fin.

A través de su desarrollo, Mariátegui identifica, que el origen del marxismo viene de la Filosofía, cual es también una herramienta fundamental para tener una comprensión lógica de la súper estructura del sistema político. Mariátegui plantea que es el poeta Paul Valery, quien con lenguaje bíblico instala la idea de una eventual concesión o el paso hereditario de las posibilidades de interpretación y comparación desde la Filosofía Kantiana, que engendraría al pensamiento de Hegel (pero la ética kantiana pierde rigidez en el pensamiento hegeliano), y desde el pensamiento de Hegel al mismo Marx. Valery plantea que *”El materialismo histórico, reconoce en su origen tres fuentes: La filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Este es precisamente el concepto de Lenin. Conforme a él, Kant y Hegel anteceden y originan a Marx primero -y el Amauta agrega, y a Lenin en segundo lugar.”- pero en esta misma idea lógica uno agrega que esta “cuadriga filosófica” antecede y originan también a Mariátegui.

No obstante el método marxista, plantea el Amauta, también sirve como un método de medición del lujo, para medir con exactitud el lujo, entonces, hace pensar en un interés común, en un bien social de sentido común. (*Textos Básicos : La Filosofía y el Marxismo, página 14)

La permanente anti-tesis del Capitalismo

Si comparo según el análisis del Amauta, y despliego su metodología, profundamente antidógmas, puedo culminar finalmente en plantear y proponer que; hoy se puede observar el funcionamiento permanente de la impregnante anti-tesis capitalista, ya desde el mismo supra-sistema, por ejemplo del “sistema de reparto” que hay instalado; resultaría entonces en determinar una dualidad entre “capitalismo y socialismo” la que por consiguiente y pragmáticamente nos “ofrece el capitalismo” actual -por cierto tal, esta anti-tesis también ocurre en otros ámbitos, por ejemplo en la religión, la educación, la cultura, la economía y en todos los ámbitos sociales que influyen directamente la realidad real. Una ligera, pero no menos intensa conclusión, en permanente desarrollo -de este análisis podría ser que por lo mismo dicho arriba, hoy tenemos en efecto de esta anti-tesis instalada dos posibilidades; “el capitalismo y el socialismo.”

La metodología marxista de la cual Mariátegui se apodera y le hace un aporte, también cuando integra a esta dimensión, la cuestión de los pueblos originarios, según su perspectiva diferenciadora del marxismo clásico (ver texto II, donde explico esta relación); nos permite concretamente construir un puente de datos, a través de observaciones críticas que llegan a ser trascendentales, por ejemplo cuando condiciona al marxismo al pensamiento hegeliano; “la condición fundante del marxismo es reflejo de una expresión del espíritu absoluto, del espíritu libre, encontrado en el pensamiento de Hegel” -plantea. Todas estas relaciones mariateguistas nos siguen permitiendo construir necesariamente una base, una visión más bien crítica del sistema, principalmente, como sujetos de esa relación sistémica, entre este y el individuo, somos incluidos directamente.

Por nada nos deja caer en un dogmatismo retórico con esto, para interpretar esta dualidad dada. Esta relación más bien dialéctica que uno puede deducir, está contenida en el movimiento intrínseco de la actividad sistemática-política, por ejemplo en el tránsito del capitalismo al socialismo y así sucesivamente. *”Es por esta relación antidogmás de Mariátegui que hoy no solo tengamos una posibilidad, sino que tenemos dos posibilidades esencialmente. Y con esta situación se amplia la discusión, que actualmente se encuentra bastante manoseada y quizás muchas veces enredada en una discusión solo de contingencia, en una frivolidad anti-espiritual, que acusa vacíos intelectuales enormes y demagogia (característica negacionista central del capitalismo), que levantan algunos intermediarios, declarando con esto solo un tipo de relación un poco más superficial, que es la que se daría, por ejemplo en la discusión artificiosa, que ellos plantean como central, entre los tópicos o pre-conceptos más notorios de esa discusión, de “o más mercado o más estado”. Si reconociéramos, e incluyéramos así esta discusión, esta posibilidad un tanto sujeta a la contingencia, por lo tanto un poco superficial, aunque no menos real. En efecto para visualizar este dualismo evidente y empírico que, a pesar de su eventual sensiblería o volatilidad, o de su aspecto de dependencia exclusiva de la política de contingencia, que se va produciendo al interior de la permanente cambiante anti-tesis capitalista, concluyo que ambos tópicos serían un presupuesto necesario del Socialismo.

Desde esta posibilidad marxista diferenciadora -la incluyente- desprendida de la tesis de Mariátegui, se puede extender y actualizar la idea y pregunta sobre el permanente nuevo estado de las cosas. Si lo pensamos desde este constante movimiento y nueva posibilidad, entonces podremos confirmar la causalidad de toda la sustancia filosófica-política culmine, que contiene tanto la obra “El Capital” de Carlos Marx y Federico Engels, como en la teorización filosófica encontrada en la inmensa obra de José Carlos Mariátegui, incluso bajo los límites del capitalismo o neoliberalismo existente.

El aspecto de sátira amarga de “El Capital”

*“¿A caso no vende el proletario su fuerza de trabajo por lo que vale, dada la situación en la presente sociedad? Y sin ese presupuesto moral, ¿como se explicaría, junto con la acción política de Marx, el tono de violenta indignación o de sátira amarga que se advierte en cada página en El Capital?” (*Textos Básicos - Ética y Socialismo, p. 20. José Carlos Mariátegui,) Por lo tanto el trabajador, a quién el marxismo subjetivamente llama el proletario (sujeto de Marx), para cumplir su esencial aspiración de vivir mejor, también de manera colectiva, para superar su dura realidad, necesariamente es desafiado a interpretar la/su realidad y el orden que impone el sistema al colectivo. Estaría empujado a interpretar el sistema donde él se desenvuelve, pero de manera crítica, por el solo efecto que este tiene y ha tenido históricamente sobre él -sobre todos “nosotros” (ver el desarrollo del capitalismo desde el tiempo de las Colonias), sería por lo tanto su tarea más lógica irlo mejorando y superando (la necesidad de que el trabajador finalmente tenga un método de estudio es infranqueable).

Tanto en el sistema de reparto capitalista como en uno socialista, el producto del trabajo del trabajador y su vida integralmente son administrados por un sistema político en tránsito. La obligación de tener entonces una visión estable y crítica (fundar un lenguaje crítico es esencial para construir equilibrios), a través de las posibilidades que daría el análisis de método marxista, es la que nos llevará a tomar antecedente y datos definidos que ya se han trabajado y existen, para crear nuevas cosas y para ir dejando en evidencia la superioridad matemática estadística y espiritual del socialismo por sobre la irracionalidad y las dramáticas falencias del excedente del orden capitalista y neoliberal, que se vienen instalando con una frecuencia pujante en nuestro continente.

Metodológicamente esta sería una forma de reconocer la crisis que arrastra intrínsecamente el capitalismo en América Latina, identificando al mismo tiempo también, como este tipo de modelo capitalista va construyendo en base a esta crisis, en el mismo proletario que produce y necesita, su “herramienta más funcional.” En esta situación se constata también como este individuo, bajo las normas del neoliberalismo está obligado a entregar su tiempo e incluso “vender su cuerpo” al sistema. Sería cínico y cursi más bien quedarnos solo en el sarcasmo nomás, el tratar de no asentar el cálculo en dicha cruda realidad latinoamericana de multitudes. Por lo tanto quiero dejar, con esto, en evidencia la irracionalidad del sistema capitalista.

Este sistema no le estaría garantizando al trabajador el acceso a sus Derechos Humanos fundamentales, que debieran ser prioridad para cualquier estructura política lógica. En este sistema actual, el trabajador ha sido convertido en un explotado, pues es a quien estos sistemas capitalistas no les ha entregado accesos equilibrados de competencia (menos para la competencia internacional, justo cuando las economías se internacionalizan…), al mismo tiempo este sistema ha superficializado a las mismas elites económicas locales, cuando existen políticas mediocres o mal hechas en engaño o demagogia intelectual (como lo suelen hacer las mismas élites económicas nacionales), el subdesarrollo por tanto será la consecuencia obvia que afectará a todas las clases sociales y a todos los sujetos sociales y a toda la sistemática.

Este sistema no les garantiza al trabajador por ejemplo sus derechos inalienables; como salud, vivienda , educación y otros (derechos por cierto garantizados y fundantes del socialismo), y a la élite le impide reconocer el subdesarrollo en sí misma, todo esto es muy grave!, esto es otro aspecto del vértigo que resulta de un sistema así, digamos proponiendo para mantenerse permanentemente un fórmula nueva, en su anti-tesis. En efecto la tendencia es a tener como resultado una baja calidad de vida, con consecuencias diarias catastróficas e incoherentes, altamente irracionales por cierto, pero ¿Porque hay que vivir bajo esta ilógica, y vivir así?

El comentado sarcasmo amargo de la dualidad sistémica, que por cierto viene influyendo hasta hoy, es evidente encontrarlo ya en “El Capital” de Marx (como lo plantea el Amauta), cuando en sus páginas se insinúa en ideas como esta: “En las colonias, la producción y apropiación capitalista choca contra esta barrera; los bienes productivos han sido trabajados y creados gracias al esfuerzo del productor de esos bienes, quien es al mismo tiempo el dueño de las condiciones laborales, a través de las cuales el mismo se enriquece así mismo, en ves de enriquecer a los capitalistas” (traducción de “Das Kapital - Das moderne Kolonialsystem”, p.708).

Elías Parra / infopolitic01@gmail.com
Frankfurt del Meno. Marzo 2018

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